El gobierno bonaerense quiere liberar algunas actividades lúdicas paralizadas por la pandemia desde hace 52 días. Esta semana podría habilitar la reapertura de las más de 4.250 agencias de apuestas oficiales distribuidas en todo el territorio provincial.
Todo deberá estar regido por los protocolos que establece el ministerio de Salud.
Hace unas semanas, las entidades que agrupan a los agencieros oficiales y a las distintas asociaciones hípicas de la Provincia, reclamaron ante la Jefatura de Gabinete volver a una actividad que se clausuró hace casi dos meses. Reclaman, además, por el desamparo en que se encuentran porque no son consideradas Pymes y quedaron excluidas de los beneficios que el Gobierno impulsó como ayuda estatal.
Axel Kicillof despliega una apuesta múltiple en esta determinación. La vuelta a la atención al público de los locales de quiniela y lotería permitiría reincorporar al esquema laboral a más de 50 mil personas que dependen de esa actividad.
Pero ademas, las arcas provinciales tendrían una nueva entrada. El juego en Buenos Aires es administrado por el Instituto Provincial de Loterías y Casinos, un organismo estatal que recauda en bruto entre 15 mil y 20 mil millones de pesos por año, sólo por las apuestas on line y en ventanilla de los locales distribuidos en toda la jurisdicción.
A ese número hay que descontarle los premios y otros ítems, pero de todas maneras resulta un filón nada despreciable para un Estado que tiene los ingresos fiscales en caida libre. Los últimos datos oficiales registran una disminución -en términos reales- del 25%.
El procedimiento para abrir las apuestas tiene varios pasos. En el ministerio de Producción ya evalúan las propuestas de los agencieros. Y los responsables de las competencias ecuestres elaboran los protocolos que deberán cumplir cada uno de los agentes involucrados en sus trabajos. Esas directivas serán elevadas a Jefatura de Gabinete de Nación, que será el organismo que dará el ok definitivo.