Canal Siete
martes 24 de septiembre

Corrió 250 kilómetros en las Islas Malvinas para homenajear a veteranos y caídos de ambos países

El runner Alejandro Scomparin recorrió, casi 35 años después, los lugares en donde se desarrollaron los combates más emblemáticos. Su intención: llevar un mensaje de paz.

Lo primero que quizás se desprenda al leer el título puede ser que la persona que corrió este largo trayecto es un excombatiente, o un hijo de un excombatiente, o que es probable que algún pariente o amigo lo fuera; pero no es así. No es el caso de Alejandro Scomparin.

Porque no es estrictamente necesario haber sido protagonista de algún suceso como para empatizar. Y el licenciado en Marketing lo sabe, por eso en diciembre de 2016, y durante seis días, corrió 250 kilómetros en las Islas Malvinas con la intención de homenajear a veteranos y caídos de ambos países durante la guerra.

En su extensa ultramaratón recorrió los lugares en donde se desarrollaron los combates más emblemáticos: Fitz Roy, Arroyo Malo, Monte Longdon, Pradera del Ganso, Puerto San Carlos, Darwin, para unir, en el último recorrido, el cementerio argentino y británico. En octubre de este año presentó “Unir Malvinas”, un libro multimedia en donde retrató todo lo vivido.

Una carrera que comenzó a los 11 años

En 1982, el año en que se desarrolló la Guerra de Malvinas, Alejandro tenía 11 años. Pero no por su edad estaba ajeno a lo que pasaba: junto a otros compañeros, le envió una carta a un soldado. Años después, en plena adolescencia, comenzó a leer y a interesarse en temas de guerras, coleccionaba fascículos y leía libros.

“Quería llevar un mensaje contundente de unión. A la vez, recorrer los lugares que había conocido a través de la lectura, donde se habían desarrollado los combates más emblemáticos”.

Se volvió un apasionado en la materia. En 2014 conoció a una de las personas que admiraba –y que ahora se volvió un amigo–, no sólo por su desempeño en la guerra (fue condecorado con la Cruz al Heroico Valor en Combate), sino porque lo considera un “ejemplo de persona de bien, que transmite valores positivos”. En cierto punto: “Muy parecido a mi papá”, explica. Se trataba del comodoro retirado Pablo Carballo.

Un año después se volvieron a encontrar, esta vez en la Feria del Libro, lugar al que Carballo asiste desde hace 37 años ininterrumpidos ya que es autor de varios libros. En ese encuentro, que parecía casual, fue donde se gestó la gran hazaña que Scomparin realizó en 2016.

La frase que lo motivó

“¿Cuándo vas a ir a correr a Malvinas? Vos tenés que ir a correr a Malvinas”, lo sorprendió el comodoro. Y no era alocada su idea: Alejandro se había desempeñado durante 13 años como árbitro de fútbol de AFA en las categorías de ascenso hasta su retiro en 2005, luego comenzó a correr maratones. Esto Carballo lo sabía y presentía que necesitaba un propósito, algo más que correr por el simple hecho de correr.

“Esas palabras fueron el incentivo para que comience a planificar mi propia carrera en Malvinas”, explica el exárbitro, y continúa: “Quería llevar un mensaje contundente de unión. A la vez, recorrer los lugares que había conocido a través de la lectura, donde se habían desarrollado los combates más emblemáticos”.

El runner explica que tendría que significar un “esfuerzo físico superlativo”, algo que nunca antes hubiese realizado. Y así fue. A este ambicioso proyecto se le sumaron, unos meses antes de viajar, José Luis Polti y Alejandro Chams, dos amigos que estuvieron a cargo de la logística: Cada cinco kilómetros lo esperaban para asistirlo en todo lo necesario, a veces, hasta corrían con él algunos tramos y lo filmaban. Juntos atravesaron frío, lluvias, granizos y vientos para concretar su misión.

“El desafío siempre fue pensado en el marco del respeto y homenaje a los veteranos y caídos de ambos países, porque la muerte no tiene bandera. También, pensando en los familiares de los caídos y en los habitantes de las islas”, afirma.

Lo que no se escribe se muere

Así como Carballo fue quien dio el puntapié inicial para esta aventura, también fue el encargado de que con unas simples palabras todo esto pase al ámbito de la literatura. Que todo este esfuerzo quede retratado en palabras, para que otros puedan apreciarlo y quede inmortalizado.

“Lo que no se escribe, se muere”, afirmó, contundente, el comodoro. Y así fue como comenzó el proceso narrativo del libro “Unir Malvinas”, con Federico Bianchini como editor. Desde el vamos ambos sabían que no querían un libro tradicional. Querían que sea diferente, por eso crearon un libro multimedia en donde cada capítulo sale de las hojas y se transporta a internet, y termina allí.

Normalmente las historias que leemos en un libro quedan en nuestra imaginación, la idea de esto es poder ponerle un lugar físico a la narración. Transportar al lector a las islas. Cuando finaliza un capítulo el lector puede escanear el código QR que lo hará viajar a Malvinas mediante fotos, videos y sonidos propios del capítulo que acaba de terminar de leer. El libro comienza en el papel, pero sigue en internet a través de un smartphone o tablet.

Sobre “Unir Malvinas”

“’Unir Malvinas’ no es un libro sobre running, no es un libro sobre la guerra ni un libro de autoayuda. Es un libro en el que se cuenta una experiencia y se reflexiona sobre cómo cambia la perspectiva que tenemos de las cosas cuando las miramos desde cerca. Toda persona que quiera plantearse un desafío debería leerlo como incentivo”, relata Bianchini.

El piloto argentino Pablo Carballo, la persona que incentivó el inicio de este proyecto, relata en el epílogo: “Él corrió por Malvinas y unió corriendo los cementerios de los soldados argentinos e ingleses en un abrazo que llegó hasta el cielo, que unió héroes de ambos bandos, viudas y huérfanos, hermanos que la injusticia de los hombres enfrentó. Allí rindieron honores, se cantó el himno, se dejó flores sobre las tumbas de ambos cementerios y, una vez más, el amor triunfó”.

El 8 de octubre de este año lo presentaron en el Hotel Howard Johnson Plaza Buenos Aires. La emoción se apoderó del ambiente, entre los asistentes dijeron presente veteranos de Malvinas, familiares, personal de la UTN y periodistas.

“Creo que Alejandro no quiso cambiar el pasado, creo que quiso unir dos pasados dejando una sola pisada, porque al leerlo comprendí que ambos bandos dejaron la misma huella. En cada alma que perdió su cuerpo, y en cada cuerpo que hirió su corazón”, detalló Mariano Fernández Madero, quien fue uno de los moderadores en la presentación.

Por Federico Cortés.

Fuente: tn.com.ar

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