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Juan Carlos Pallarols, el bastón de mando y el país

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A los 77 años, recorrió el país entero para invitar a todos los ciudadanos a participar en la confección de la pieza que Mauricio Macri le entregará a Alberto Fernández. Un recorrido por su extenso y premiado trabajo.

Juan Carlos Pallarols proviene de una familia de plateros que tuvo su propio taller en Europa desde 1750. Sus trabajos enorgullecieron a la Argentina en una cantidad de ocasiones: cuando en 1982 realizó el cáliz con el que el Papa Juan Pablo II realizó la Misa por la Paz en Buenos Aires y luego un nuevo cáliz para el Papa Francisco; cuando se destacó con su arte en el Pabellón Argentino en las exposiciones de París y luego en Sevilla. También en la Noche de Gala en Homenaje a la Cultura Argentina que organizó el Metropolitan Opera de Nueva York en 1998 y en una cantidad de muestras y exposiciones nacionales e internacionales.

Es bien sabido que Pallarols realiza el bastón ceremonial de mando que el presidente saliente entrega al nuevo mandatario. Lo hace desde el regreso de la democracia, cuando el flamante presidente Raúl Alfonsín prefirió el diseño propuesto por Pallarols sobre el estilo europeo adornado en oro que se había usado hasta entonces.

Pallarols comienza su trabajo un año antes de la ceremonia porque, como también es sabido, el artista tiene la costumbre de incluir a todos los argentinos en los trabajos que tienen que ver con la Nación. El bastón mide unos noventa centímetros y lleva veinticuatro flores de cardo, una por cada provincia más la Capital Federal, y tres pimpollos que representan las Islas del Atlántico Sur.

Desde hace un año Pallarols recorre el país, incluso la Antártida, y calcula que cuatro millones de argentinos participaron en la realización del bastón dejando una pequeña muesca en el metal que lo compone. Este año incluyó también a miembros de la Policía Federal Argentina. “El bastón es de todos los argentinos”, afirma. Está hecho con madera de urunday: “Tenemos el permiso de la comunidad Quom del Impenetrable para extraer la madera. A través de una ceremonia religiosa, según sus ritos, le pedimos permiso al bosque para sacar un árbol y al árbol para sacar la madera”.

“Es una madera muy noble”, dice el orfebre. “Tiene la virtud de mantenerse siempre recta. Brilla por sí sola, no necesita laca y no se corrompe, no le entra ni polilla ni ningún bichito de calado. Ojalá que todos los que porten el bastón tengan las mismas cualidades que tiene el urunday”, concluyó. La empuñadura es de plata, con el Escudo Nacional y los golpes de cincel de cuatro millones de argentinos.

Juan Carlos Pallarols es un lujo para nuestro país y comparte su maestría con todos sus compatriotas.

Fuente: tn.com.ar

Esta entrada ha sido publicada el 27 de noviembre, 2019 15:35

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