El Ministerio de Producción y Trabajo, la CGT y las cámaras empresarias terminaron de definir este martes al mediodía los detalles del “bono” de 5000 pesos a los trabajadores del sector privado.
El borrador del decreto, según fuentes que participaron de la negociación, da lugar a que gremios y empresas determinen los detalles del pago por sectores, lo que habilitaría a definir plazos y distintas formas de pago.
Uno de los pocos artículos indica que el “aporte obligatorio no remunerativo de 5000 pesos” -así se lo denomina- “se pagará en octubre o en la forma, plazo y condiciones que las partes convengan en los términos de la negociación colectiva”, indicaron dos fuentes que participaron de las negociaciones que comandó el ministro de Producción, Dante Sica.
Así, los 5000 pesos deberían abonarse durante octubre, sin especificarse si será junto con los salarios de septiembre. Pero cada actividad, mediante negociaciones puntuales, definirá si se paga en cuotas o si se dilatan plazos de pago.
Lo que quedó claro es que el pago será a cuenta de futuros aumentos, sea por revisión de paritarias actuales o la negociación de 2020.
Quedaron excluidos los trabajadores del Estado -la Nación ya otorgó un bono de $5000 en otras condiciones y cada provincia y municipio prepara su propia compensación-.
Tampoco tendrán derecho al “aporte obligatorio” los trabajadores del servicio doméstico ni los del sector agrario.
Una cláusula, además, establece que aquellas paritarias que tengan ajustes automáticos por inflación tomarán el pago del bono a cuenta. Sin decirlo, hace referencia al sector de la construcción, en donde la cámara y la Uocra acordaron revisiones trimestrales de acuerdo al Índice de Precios al Consumidor.
También se definió que el pago sea proporcional a la cantidad de horas que cumpla el trabajador. Así, un empleado de media jornada (4 horas diarias) cobraría 2500 pesos, la mitad de los $5000.
El texto no hace diferencia entre empresas grandes y pymes ni incluye ninguna salvaguarda para las empresas pequeñas, como pretendía la Unión Industrial Argentina (UIA).
De todos modos, la redacción habilita a negociaciones que incluyan incluso el no pago del bono. La industria automotriz, que trabaja al 30 por ciento de su capacidad instalada y lleva adelante suspensiones rotativas, ya avisó que no está en condiciones de hacerlo. El presidente de la UIA, Miguel Acevedo, fue tajante: “Las empresas que no lo puedan pagar, no lo van a pagar”.
Fuente: tn.com.ar