Todos los años, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) difunde una lista con los nuevos investigadores que se suman al organismo. Esta instancia, a la que llaman “ingreso de carrera”, es el último paso de una larga trayectoria académica, en la que el postulante ya alcanzó un nivel de posdoctorado y años de trabajo en su área. Pero cumplir con los requisitos, una vez más, no fue suficiente. El viernes pasado, informaron que de los 2595 que aplicaron, solo iban a ser aceptados 450.
La palabra que más repiten los investigadores consultados por TN.com.ar es “preocupación”. Y no solo por la falta de vacantes, sino por el recorte presupuestario que sufren día a día en su trabajo. Desde cobrar los salarios atrasados y no contar con los insumos para sus proyectos, hasta tener que ponerse al hombro las tareas de mantenimiento de sus institutos porque ya no hay plata ni para el detergente.
Sandra Nicosia es fotógrafa técnica del Conicet, en la Carrera de Personal de Apoyo. Su tarea es asistir y complementar los equipos de investigación en la parte de comunicación, imagen y relevamiento fotográfico. Es de Buenos Aires, pero hace 16 años trabaja en Posadas, Misiones. En diálogo con este medio, detalló que este “desfinanciamiento” se padece a nivel nacional y en todas las áreas.
“Vemos con mucha preocupación esta política nacional con respecto al organismo. Este vaciamiento va de mayor a menor. Desde que no hay proyectos de investigación subsidiados hasta la quita de apoyos para asistir a algún congreso”, ejemplificó la especialista.
El punto máximo, para ella, fue cuando en 2018 dejaron de recibir su presupuesto. “Nos falta el dinero para todos los días. No podemos cubrir los insumos, los gastos de limpieza ni de papelería. Es algo muy grave”, agregó consternada.
La misma lectura hace Jorge Montanari, investigador adjunto del Conicet que trabaja en nanotecnología farmacéutica y nanomedicina. Para él no fue una sorpresa la reducción de cupos para ingresar a carrera, pero sí le parece preocupante cómo impactará esa distribución en las diferentes áreas de campo.
“Una cosa es saber que iban a entrar pocos y otra es ver el desglose de los resultados. Ahí te das cuenta que hay muchos sectores de la ciencia que no se cubren. Por ejemplo, entraron cinco personas en todo el país para algo tan sustancial como la ingeniería en alimentos y en Ciencias Médicas solo un investigador por provincia”, explicó a TN.com.ar.
Para Montanari también es un tema central de discusión la falta de presupuesto. En su caso, su investigación se enfoca en el cáncer de piel y la enfermedad leishmaniasis. Uno de los insumos que necesita para su rutina de trabajo son reactivos que se producen en el exterior. Pero sin el respaldo económico, cada vez son más inaccesibles.
“Nuestras investigaciones están pensadas para contar con este dinero. Se deben subsidios que se habían presupuestado con el dólar a $9 y nunca se actualizaron. Nos las tenemos que ingeniar, pidiendo prestado a otros colegas o buscando más apoyo en la universidad que nos respalda. Pero no es lo ideal”, recalcó el científico.
A su vez, Montari argumentó que la falta de nuevos ingresantes también impactará en la producción de investigaciones. “Que entren pocas personas y que nos deban plata, genera a mediano plazo una merma. Un espiral descendente malísimo. Nos van a decir que producimos poco, pero justamente una cosa es producto de la otra“, concluyó.
El portazo por la falta de presupuesto
Nicolás Dvoskin es uno de los 2145 que quedaron fuera del Conicet. Era la segunda vez que el economista, especialista en seguridad social, intentaba ingresar a la carrera. Y la respuesta fue la misma, en ambas oportunidades: no hay plata.
“Yo entré al Conicet como becario doctoral en 2011 y en 2015 gané la beca posdoctoral. Hice todo en tiempo y forma. Pero cuando en 2017 me presenté para la carrera, doblemente recomendado, la única razón que me dieron para negármela fue la falta de presupuesto. En 2018 volví a intentar y me pasó lo mismo”, contó en diálogo conTN.com.ar.
Sin quedarse con los brazos cruzados, Dvoskin buscó alternativas para continuar con su trabajo de investigación enfocado en la economía de América Latina. Y terminó en Alemania, donde hoy por hoy es becario posdoctoral en la Universidad Católica de Eichstat.
“Lo paradójico es que este mismo proyecto está cofinanciado por el Ministerio de Educación argentino. Es decir, me pagan por investigar la economía latinoaméricana en Alemania, en vez de poder estudiar esto en mi país y contribuir en recursos”, resaltó el economista.
Para Dvoskin, la gestión de Mauricio Macri no tiene como prioridad el desarollo de la ciencia en la Argentina y, por este motivo, se modificaron las proyecciones de crecimiento. “Hay un montón de gente que entró en las primeras etapas del Conicet, pero ahora no puede seguir adelante su carrera porque no hay financiamiento”, cuestionó.
En la misma línea, el economista también planteó un problema que sufre el sistema científico argentino desde hace muchos años: la falta de integración a nivel laboral. Los investigadores terminan dependiendo exclusivamente de los cupos del Conicet, ya que no hay otra oferta estatal ni mucho menos interés en el ámbito privado. La otra opción que les queda, aceptada por muchos, es continuar su camino en el exterior.
“El Estado debería generar espacios de formación y programas específicos para que los doctores del Conicet tengan la posibilidad de conseguir un puesto de trabajo estable en otras áreas estatales o en el sector privado“, sostuvo Dvoskin a TN.com.ar.
Sin este respaldo estatal, el futuro de la ciencia pareciera pender de un hilo. “Una persona que tiene un doctorado, que accedió a este nivel de estudio, podría ser aprovechado por el Estado para un montón de cosas como trabajar en ministerios y agencias para desarrollar políticas públicas. No todo tendría que terminar en el ámbito académico”, concluyó.
Este miércoles, habrá movilizaciones al Polo Científico y Tecnológico, ubicado en la calle Godoy Cruz 2.320 de Palermo y en La Plata. Las protestas coinciden con la conmemoración del Día del Científico, que se celebra cada 10 de abril, por el natalicio de Bernardo Houssay, uno de los premio Nobel de Medicina.
Fuente: TN
Esta entrada ha sido publicada el 10 de abril, 2019 18:10
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