La familia se iba a ir de vacaciones a Nueva York. Llegaron al aeropuerto, presentaron los documentos en el mostrador de check in de la aerolínea, pasaron al área de Migraciones y, cuando iban a abordar el avión, se encontraron con una sorpresa: el padre no podía viajar. ¿La razón? La abultada deuda por alimentos que mantenía con su primera hija, fruto de un matrimonio anterior.
El caso involucró a un cordobés, cuya identidad no trascendió. Sí se conoció el periplo burocrático que tuvo que cumplir para ponerse al día con sus obligaciones y, finalmente, unirse a su actual mujer y a sus hijos en Estados Unidos, seis días después.
“Señor, usted no puede salir del país”, le comunicó al hombre un agente de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Durante años el hombre no había abonado alimentos para la manutención de su hija mayor: hasta agosto, tenía una deuda acumulada de 195.000 pesos, según informó La Voz del Interior.
Entonces, la abogada de la ex esposa del hombre, Diana Mezzano, pidió a la Justicia de familia que lo incluyera en el registro de deudores alimentarios y le prohibiera salir del país, medida que se concretó en diciembre. Pero como los oficios que se libran a Migraciones para evitar el paso por fronteras y a la PSA por los viajes aéreos no se comunican a la contraparte, el incumplidor se encuentra con la sorpresa recién cuando está a punto de abordar el avión, detalló el diario cordobés.
Mientras su esposa y sus otras dos hijas siguieron viaje, el hombre se quedó para intentar saldar la deuda. Minutos después de que la mujer y las chicas se subieron al avión, llamó a la abogada de su ex. La letrada le informó que tenía que cancelar un año y medio de cuotas impagas y demostrar que en adelante iba a cumplir con sus obligaciones económicas.
Apremiado por viajar, el hombre quiso pagar los 195.000 pesos en el banco, pero por ventanilla le aceptaron sólo 30.000. Como ese día no podía hacer la transferencia electrónica, tuvo que esperar a que el sistema lo habilitara. Quiso después llevar los comprobantes al juzgado, pero un error de un empleado con un código anuló la transferencia. El hombre se presentó en los Tribunales, y desde el Juzgado de Familia le exigieron que mostrara voluntad de pago a futuro. Terminó ofreciendo el pago total de su deuda y abonar 12 meses por adelantado, para lo que puso como fiadora a su abogada.
Pero otro contratiempo con la transferencia demoró la autorización judicial para salir del país: quiso llevar todo el dinero al juzgado, pero tampoco se lo aceptaron. Recién el miércoles, cuando la jueza corroboró la acreditación de la transferencia, lo habilitó a viajar, seis días más tarde de su familia, y después de haber pagado un total de 326.000 pesos.
Fuente: Clarín