Una mujer volvía de aprobar un parcial y para festejar, llevó a sus tres hijos a tomar un helado. El más chico, que entonces tenía 3 años, tenía la boca llena de chocolate y a ella se le ocurrió decirle en chiste que fuera a darle un beso a su papá para mancharle la camisa. La respuesta que recibió la dejó en helada: “Mamá, no quiero ir con papá porque me baja los pantalones y me toca la cola”.
Con el niño aferrado todavía a su pierna, Analía increpó a su pareja, un bombero de la localidad de Ensenada, Gran La Plata, y le preguntó si lo había escuchado. Después de unos instantes, lo escuchó responder: “Se debe haber confundido de cuando jugamos a las cosquillas y lo pellizco ahí”.
El nene no soltaba a su madre pero al escuchar a su papá empezó a desmentirlo a los gritos, tratándolo de “mentiroso” y “malo”, recordó la mujer en diálogo con El Día. A pesar de los intentos del acusado por amedrentarla, ella fue a denunciarlo esa misma noche. Sin embargo, dos años después, con 3 órdenes de restricción perimetral y una denuncia de 160 fojas, todavía no puede vivir tranquila.
El niño de 3 años pasó por la revisión médica correspondiente y declaró en cámara Gesell. En ambos casos, se constató el abuso y, poco después, sus hijas le confesaron que a ellas también las había “manoseado”.
A pesar de ello, el acusado sigue trabajando en el lugar de siempre y ahora también amenaza y acosa a Analía en la calle. “Nosotros que somos las víctimas vivimos encerrados por miedo y él anda por la calle como si nada”, expresó.
Fuente: Radio Mitre