Vientos huracanados de 119 km/h provocaron el desborde de la superficie congelada del lago Erie y del río Niágara en forma de un impresionante “tsunami de hielo”. El hecho ocurrió durante la tarde del lunes en la frontera entre Estados Unidos y Canadá.
Según el Servicio Nacional de Meteorología de Estados Unidos, se trata de un fenómeno “particularmente peligroso”, ya que los bloques de hielo arrastrados por el temporal llegan a formar paredes de hasta 9 metros de altura.
Por lo general, este tipo de evento se ve favorecido por un ascenso brusco de temperatura, que ocasiona el derretimiento del hielo y su posterior fraccionamiento. De esta forma, la acción del viento y de la propia corriente del río produce que los bloques sean arrastrados en una suerte de avalancha.
Al tomar conocimiento sobre lo ocurrido, la Policía del parque Estatal Niágara Falls dio alerta inmediata a los habitantes de la región a través de Twitter y ordenó el cierre de varios caminos para prevenir accidentes. “Soplan fuertes vientos que arrojan hielo más allá de la pared de contención del lago. Manejen con precaución”, advirtieron las autoridades.