La Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico de la Argentina repudió la cumbre antipederastia convocada por el papa Francisco y pidió medidas de sanción contra el Vaticano, al que calificó de “estado genocida”. En ese sentido, le exigieron una serie de medidas a la iglesia, entre ellas, “transparencia” en causas emblemáticas que afectaron a la sociedad, donde sobresale el caso de Julio César Grassi.
“Hemos presenciado un nuevo acto de simulación e hipocresía por parte de funcionarios de un Estado independiente, incumplidor serial de Convenciones internacionales sobre Derechos Humanos. Esta cumbre confirma el estado de corrupción sistémica que impera en la Santa Sede, al evadir premeditadamente las exhortaciones que organismos internacionales le hicieran hace cinco años atrás”, dice la organización que nuclea a personas que fueron víctimas de abuso sexual por parte de sacerdotes, refiriéndose a la acusación que el Comité de Protección a los Derechos de los Niños de la ONU hiciera a la Santa Sede en el año 2014.
La asociación argentina critica las conclusiones de la cumbre, que señalan que “la pederastia eclesiástica es solo una parte del abuso como problemática transversal y amplísima”, lo que desdibuja la responsabilidad de la Iglesia Católica en las agresiones sexuales a niños y niñas.
Además, la Red acusa al Vaticano de haber dado durante la cumbre un “trato irrespetuoso, denigrante y revictimizante” a las víctimas.
Transparentar los casos
Por otro lado, la red propone un grupo de medidas, entre ellas, la creación de un registro público de sacerdotes acusados, denunciados y/o condenados por abuso sexual y la apertura de los archivos secretos sobre abuso sexual de las conferencias episcopales de todo el mundo.
También, pide demandas judiciales contra la Santa Sede por los perjuicios causados a las víctimas y a los estados nacionales que permitieron que el Vaticano vulnere dentro de sus territorios convenciones internacionales. E insta a esos estados a la derogación de subsidios a la Iglesia y pagos de sueldos a obispos y a no reconocer la legalidad de la justicia canónica dentro de sus fronteras.
Mientras tanto, las organizaciones End Clergy Abuse y Bishop Accountability, la base de datos más completa de casos de abusos por parte de miembros de la Iglesia, pidieron a Francisco” transparencia” en el caso del padre Julio César Grassi, creador de la Fundación Felices Los Niños, condenado por la Justicia argentina por abuso infantil y corrupción; y en el de Nicola Corradi, sacerdote italiano de 82 años, acusado de abusos, primero en el Instituto Próvolo para sordomudos de Verona, Italia, y después en Luján de Cuyo, Mendoza.
También se le hizo un reclamo por el caso de Gustavo Zanchetta, de quien Jorge Bergoglio fue director espiritual y llevó al Vaticano a ocupar un importante cargo. El exobispo de Orán fue acusado de cometer abusos sexuales contra seminarista y deconsumir pornografía infantil.
Las dos organizaciones coincidieron con la Red argentina en pedir el levantamiento del secreto eclesiástico en casos de abuso sexual y la creación de un registro de religiosos abusadores.
Casos argentinos
En la Argentina, desde hace más de 15 años la lista de casos de abuso sexual por parte de sacerdotes fue nutriéndose. Muchos de los religiosos fueron detenidos y condenados. En muchos de ellos, el encubrimiento por parte de la Iglesia obstaculizó el proceso judicial.
Julio Grassi
Julio César Grassi, el creador de la Fundación Felices los Niños, fue condenado a 15 años de prisión después de un largo proceso en el que recurrió a costosos y reconocidos abogados . La Comisión Episcopal Argentina le encargó y pagó al jurista Marcelo Sancinetti varios tomos para sostener su defensa.
Napoleón Sasso
El religioso había sido trasladado desde la diócesis de San Juan para realizar un tratamiento a Domus Mariae, una residencia de tratamiento psiquiátrico en la zona de Tortuguitas, por sus antecedentes de pedofilia. A cargo de un comedor infantil en Villa Astolfi, Pilar, abusó de nenas que asistían al lugar para buscar comida. Cuando se hizo la denuncia, en 2003, intentó escapar a Paraguay en un auto perteneciente a la diócesis. Fue juzgado y condenado a 17 años de cárcel.
Fernando Pichiocchi
Hermano marianista y docente, abusó de por lo menos de dos alumnos en el colegio de la congregación en Caballito. Estuvo prófugo. Fue condenado a 12 años. Cuando una de sus víctimas, Sebastián Cuattromo, intentó hablar con Bergoglio, éste no lo recibió y lo derivó a Mario Poli. El entonces obispo lo instó a perdonar a su agresor.
Fuente: TN