Después de 14 días de incertidumbre y rastrillajes en busca de la odontóloga Gissella Solís, este martes encontraron su cuerpo enterrado y envuelto en sus propias sábanas en el Camino Negro, a la altura de Villa Elisa. No tenía signos de estrangulamiento. Tampoco otro tipo de heridas visibles. La encontraron, pero todavía no se sabe cómo la mataron ni si el asesino contó con la participación de algún cómplice para cometer el femicidio. “Este no es el fin de la investigación, es casi el principio”, afirmó en TN Ana Medina, la fiscal del caso.
“Estábamos centrados en ubicar a Gissella con vida”, explicó la funcionaria. Era la misma esperanza a la que se aferraba su familia. Sin embargo, el trágico desenlace que empezó a anunciarse cuando se quitó la vida la pareja de la mujer y único sospechoso por su desaparición, Abel Casimiro Campos, se confirmó en las últimas horas y abrió nuevos interrogantes que por ahora no tienen respuesta.
Fuente: tn.com.ar