Si el producto no cuenta con los filtros adecuados, junto con la mayor cantidad de luz ingresarán también rayos ultravioletas (UV) capaces de causar daños oculares irreversibles. En Argentina, donde se estima que el 20% de los lentes que se comercializan son inseguros, se empezarán a realizar controles sanitarios para fiscalizar su calidad.
Deberán ser registrados ante ANMAT y para ser autorizados tendrán que demostrar que cumplen con el filtro UV declarado.
El sector cuenta con un plazo de 180 días para adecuarse a la medida que, en línea con las que ya rigen en países de Europa, Estados Unidos y Uruguay.
Solamente en los centros turísticos, cada verano se comercializan más de dos millones de unidades que no pasarían los controles