Andrea Villar tiene 47 años y nació en Buenos Aires. A los 3 años, junto a su familia, se mudó a Bahía Blanca, ciudad donde transcurrió toda su vida.
Cuando era tan solo una niña le diagnosticaron artritis reumatoidea. La enfermedad le generó hinchazón en las manos repentinamente, luego afectó a todo su cuerpo y necesitó hacer reposo durante mucho tiempo. Esto provocó que pierda musculatura y a los 12 años ya no pudo caminar más.
Andrea afrontó cada situación y dificultad que se le presentó. Siempre fue muy independiente y aprendió a manejarse en la vida a su tiempo, con mucha contención y esfuerzo.
Actualmente es empleada municipal en el área de innovación. También, hace algunos años, se recibió de Técnica en Diseño Gráfico.
Hoy es reconocida por ser proteccionista independiente y tener un rol muy activo en la guarda, tránsito y adopción de animales. Durante la pandemia aprovechó para realizar cursos de proteccionismo y dedicar su tiempo y amor a salvarlos. Asegura que estar con ellos es su pasión y que no hay nada que la llene tanto como darles una mejor vida.
En lo personal Andrea señala que, si bien nunca se imaginó ser lo que es, está conforme con lo que logró “Nunca proyecté ser proteccionista o que la gente me reconozca y me diga cosas tan lindas. Nunca me imaginé casada, con un marido maravilloso y con una familia que me apoye tanto. Estoy muy orgullosa de quien soy hoy”, destacó.