Juan Ignacio Vitalini es un reconocido abogado.
Nació en Bahía Blanca, se formó en Capital Federal y, tras culminar sus estudios, volvió a ejercer a su ciudad natal. Es conocido por intervenir en los casos más polémicos como el de la pequeña Amalia, quien murió por un golpe cuando un portón cayó sobre su cabeza; la causa de los Vidal Ríos y violaciones.
Egresado de la escuela de Agricultura y Ganadería, tenía la idea de estudiar Agronomía, sin embargo, terminó decidiéndose por Abogacía. ¿Su motivación? ayudar siempre a los demás, sobretodo a los más vulnerables y con menos oportunidades.
Ya recibido, volvió a Bahía y comenzó a trabajar en el estudio de su tío. Al principio no tenía una rama definida del Derecho, sino que tomaba distintos casos para ir sumando experiencia.
Finalmente, la vida lo inclinó hacia lo Penal y hoy continúa en ese camino. Le han tocado diversos casos, desde hurto hasta abusos sexuales. Señala que no lo ve como “defender al malo”, sino al más vulnerable o humilde, aquel que no tiene posibilidades.
Él asegura que no se le pregunta al acusado si fue culpable o no, “pocas veces te lo dicen, yo me guío por las pruebas”, señala. Asimismo, hay excepciones donde sí debe saber la verdad para buscar criterios de defensa.
Admite que su profesión no lo “enfrió” con los años y que hoy tiene casos que los siguen sensibilizando como el primer día.
Vitalini se define como “Un abogado accesible, no soy un tipo complicado. Y si tengo que reconocer defectos, soy terco, cabeza dura y me gusta siempre tener la razón”, confesó entre risas.