El fotógrafo Pablo Presti, es técnico químico, pero jamás pensó que su vida daría un giro inesperado y su profesión sería de reportero gráfico, en un medio de comunicación.
Todo surgió de imprevisto, cuando un conocido fotógrafo, Juan Carlos Casado, fue quien lo tomó como cadete, y un día le prestó una cámara y de ahí le empezó a enseñar el oficio, en ese entonces como fotógrafo social.
Hasta que un día se presentó la oportunidad de una vacante en el diario La Nueva Provincia, y el 1ro de septiembre de 1997, ingresó formalmente, “Recuerdo puntual, que fue un lunes, y mi primera foto fue donde hoy está el Shopping, y había unas máquinas trabajando, y Oscar Altamirano me dijo que me animara y yo pensaba ¿qué hago?. Al otro día salió en la tapa del diario, con nombre y todo. Fue un sacudón entre los nervios y la emoción por lo que significaba tener una foto de portada en un diario”, dijo Pablo.
El año que Presti ingresó al diario local, fue tiempo después del asesinato de su colega, José Luis Cabezas, y Pablo dijo “No creo que hoy haya ciertos riesgos, pero siempre hay que estar atento. Sin dudas que fue un hecho que marcó“. Lo que sí le llama la atención en la actualidad, es como una cámara fotográfica en ciertos hechos pareciera ser una amenaza. “Mucha gente se sorprende como si fuera un arma, y todos se sienten alertas y eso me hace ruido, porque se ve tan desnaturalizado, y estamos en la epoca más visual de todas”, sostuvo.
Son 25 años como reportero gráfico y recuerda momentos, como el que vivió en Monte Hermoso en 2015, con la pueblada, personas heridas, un asesinato. Ese día para él, fue el más intenso profesionalmente. “Me marcó, porque era estar en pesencia de mucha gente, que no sabías dónde iba a terminar, además de la adrenalina que uno vivía en ese lugar”.
“La profesión me termina formando como persona, y me dejó estar en tantos lugares y momentos heterogéneos, por eso digo, que esta profesión nos da la chance de ver muchas vidas y lo agradezco”, culminó diciendo Pablo.