El reconocido actor murió a los 54 años. Fue hallado ahogado en el jacuzzi de su casa de Los Ángeles.
La noticia sobre la muerte de Matthew Perry a los 54 años sorprendió a todos. Es por eso que a lo largo de las últimas horas en las redes se volvió a poner el foco en las largas internaciones psiquiátricas que tuvo el protagonista de “Friends” durante varios años producto de sus adicciones y que él mismo contó en su autobiografía, “Amigos, amantes y aquello tan terrible”.
“Me he gastado más de siete millones de dólares para intentar mantenerme sobrio. He ido a unas 6.000 reuniones de Alcohólicos Anónimos. He estado en rehabilitación 15 veces. He estado internado en un hospital psiquiátrico. He ido a terapia dos veces a la semana durante 30 años. He estado a las puertas de la muerte”, reveló en su autobiografía el actor que inmortalizó al querido Chandler.
Con el tiempo, la presión del éxito rotundo de Friends lo fue devorando. “Cuando el público que asistía a los rodajes en directo no se reía, me quería morir. Y aquello no era sano. Ya lo sé. Pero si decía una frase y no se reían, me ponía a sudar y me daban convulsiones. Si no lograba arrancar las carcajadas que esperaba, me volvía loco. Y me sentí así todas y cada una de las noches”, contó en su libro.
Así, con el correr del tiempo comenzó a beber solo en su departamento y “la enfermedad se fue agravando”. A los 26 años ingresó por primera vez en una clínica de rehabilitación. “Durante los años que trabajé en la serie sufrí unos cambios de peso que abarcaron desde los 58 a los 102 kilos. Si prestas atención a mi aspecto de una temporada a otra puedes seguir la trayectoria de mi adicción: si gano peso, es por el alcohol; si estoy delgado, es por las pastillas. Y si llevo barba, es porque estoy tomando muchísimas”, explicó.
En una entrevista televisiva emitida en octubre del año pasado, Perry también reveló que a los 14 comenzó a consumir alcohol de manera preocupante y que, de adulto, llegó a tomar 55 pastillas al día. Además, confesó que grabó Friends con altos niveles de alcohol en sangre y que filmó todos los episodios con fuertes resacas.
“Desintoxicarse es un infierno. Implica tumbarse sobre una cama y ver los segundos pasar sabiendo que no estás ni mínimamente cerca de encontrarte mejor”, sostuvo y agregó: “A pesar de ello, la adicción pudo muchas veces conmigo”. Es por eso que en su libro que se transformó en sus “memorias”, buscó dejar explícito el calvario por el que atravesó: “Quería compartirlo cuando estuviera a salvo de volver a entrar en el lado oscuro de todo”.
La autobiografía publicada el año pasado busca concientizar sobre la importancia de la salud mental. “Los adictos no somos mala gente. Solo estamos tratando de sentirnos mejor, pero tenemos una enfermedad. Cuando no me encuentro bien, pienso: ‘Dame algo que haga que se me pase’. Tan sencillo como eso”, describió.
Fuente: TN
Esta entrada ha sido publicada el 30 de octubre, 2023 09:37
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