Wanda Nara ya dejó Londres, adonde había viajado con sus cinco hijos, y ahora hizo escala en París por motivos laborales, donde se reencontró con su gran amigo y confidente Kennys Palacios.
Y allí, fueron juntos a comer a uno de los restaurantes más exclusivos de la capital francesa, L’Avenue, ubicado en el elegante distrito 8º, muy cerca de los Champs-Élysées, el Arco de Triunfo y la Place Vendôme, la zona donde se encuentran las tiendas de las marcas de lujo.
Pero como prueba de que la actriz tiene mundo, y para mostrar que su billetera sigue siendo abultada, a pesar de que ya inició los trámites de divorcio de Mauro Icardi, Wanda decidió pedirse uno de los platos más caros y sofisticados del mundo. Pero lo que sorprendió aún más a sus 15 millones de seguidores es con qué bebida quiso comerlo.
El plato en cuestión era un risotto de trufas negras, el producto más caro que pueda existir en gastronomía. Es que este hongo puede llegar a costar hasta 2.000 dólares el kilo, y se lo conoce como el “diamante” de la cocina. Y, al ver el plato de la empresaria, queda claro que el chef del restaurante no escatimó en gastos. Ni en el precio a la hora de pagar la cuenta.
Wanda Nara, traicionada por su gusto
Si para comer esta verdadera delicatessen, que solo se consigue en pocos lugares, los expertos recomiendan acompañarla con un vino de alta gama, tinto o blanco, o también con un buen champagne, a Wanda la traicionó su sofisticación limitada.
Porque la hermana de Zaira Nara no pudo resistir a la tentación de pedirse una Coca-Cola para degustar uno de los platos más costosos que existan, tal como se puede ver en la foto que compartió en sus historias de Instagram. Pero eso sí: sin azúcar.
Si la empresaria quiso hacerse la sofisticada, el acompañamiento la dejó muy mal parada. Y recuerda a los años 1990, cuando en la Argentina se había puesto de moda comer pizza con champagne.
Fuente: eltrece