La actriz dio detalles del proceso de rodaje de una de las películas más extrañas que hizo el mexicano Alejandro González Iñárritu.
La alegría de Griselda Siciliani es desbordante tras haber sido parte del elenco de Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades, la última película del mexicano Alejandro González Iñárritu. La actriz argentina, una de las principales figuras del particular film, le dio una entrevista a TN Show en la que habló sobre su experiencia durante el rodaje y la forma de encarar un personaje tan complejo como el que le tocó.
Pero a la vez, la charla tuvo un plot twist inesperado: cuando se le preguntó a Siciliani sobre las redes sociales y su manera de usarlas para compartir material personal se despachó con todo.
Las películas de Alejandro González Iñárritu son, en general, una apuesta mucho más elaboradas que otras propuestas. Su manera de narrar acumula una gran cantidad de metáforas visuales muy elevadas, lo que destacan su estilo por encima de otros realizadores. En Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades, esa forma de hacer cine explota por todos lados.
La película se mete con la historia de un periodista/documentalista que vive en los Estados Unidos y tiene que ir a México con su familia para recibir un premio. De esta forma, junto a sus hijos y su esposa, empieza un viaje terrenal, pero también onírico, donde no se sabrá dónde está la realidad.
En esa mezcla de imágenes sensoriales, el protagonista sentará su posición sobre su historia personal, la de México, la conquista española, los desaparecidos, el periodismo, la vida en la nueva sociedad y, sobre todo, las pérdidas.
A partir de ese entramado, también ideado por el argentino Nicolás Giacobone desde el guion, Siciliani construyó de manera brillante a Lucía, la esposa de Silverio Gacho, el personaje principal encarnado por Daniel Giménez Cacho. “Todavía estoy como un poco dentro de la película. Ya sé que estoy afuera y la vi varias veces, pero me cuesta distanciarme. El viaje del rodaje fue tan intenso y tan en carne viva para mí que todavía estoy un poquito pegada. Me conmueve mucho”, comentó la actriz a TN Show.
Siciliani comentó que el haber estado trabajando allí fue “mucho más de lo que imaginaba”. “Hay algo visual y sonoro que no lo podía imaginar cuando lo estábamos haciendo. Aunque igualmente fue bastante mágico el rodaje. Hay muchas escenas que son así; parece que tienen una posproducción increíble, pero así fueron filmadas, en el medio del desierto, con esa luz”, remarcó.
Con respecto a la profundidad de su papel y la intensidad de las escenas, la actriz dijo que tuvo momentos de impacto. Es que ya en la primera secuencia su personaje de Lucía es protagonista de un parto que termina de una manera muy especial. Además, a lo largo del film Siciliani tiene varias secuencias íntimas, hace un desnudo en una escena que se resuelve de un modo llamativo y expone una emoción que se nota, literalmente, a flor de piel.
“Lo que más recuerdo que me afectó emocionalmente fue una escena, promediando el final, en la playa. Es una escena muy dura, una herida que lleva el personaje durante toda la película y que ahí tiene una especie de final o de despedida”, aseguró.
La actriz contó que “estar consciente de la herida” que lleva su personaje a lo largo de toda la película “la afectó un poco”. “Pero también para bien, porque la película es muy luminosa. En un punto te afecta, pero te vuelve una luz porque metabolizar estas cuestiones es todo ganancia”, afirmó.
“¿Cómo viviste el proceso de grabación?”, buscó saber TN Show. “La manera de rodar de Alejandro tiene algo por momentos muy teatral que a mí me queda muy cómodo. Las escenas son largas. Uno llega a hacer un proceso y contar un cuento. No es que te parás acá, cortan, son dos segundos y decís una palabra; no. Siempre son escenas que tienen un desarrollo enorme, mucha complejidad técnica y también para nosotros, de recordar una escena casi teatral. Así que yo me sentía como pez en el agua ahí”, indicó.
Para Siciliani “poner el cuerpo haciendo 17 minutos una escena” es mucho mejor que filmar de otra forma. “Me sentí comodísima. Después, las escenas tenían una complejidad emocional que (requirió) estar muy atenta a decir ‘tengo que estar presente’. Más que nada fue eso mi personaje, estar ahí, en ese momento, con toda mi alma con mi sangre, porque cuenta cosas muy duras y de una manera muy extraña”, dijo.
Teniendo en cuenta la filmografía de Iñárritu, Bardo es la película más política que hizo. Sobre esto, Sicliani coincidió y aportó que la construcción se dio de esta manera porque “todo lo que es político es personal”, definió. “Se va tan para adentro, a sus emociones, a su alma. Siento que es una carta de amor a México, a su familia. Es una película muy profunda y muy personal, entonces se vuelve un poco muy universal porque al ir tan abajo se mete con todo”, sintetizó.
Bardo es tan fuerte que Siciliani la vio varias veces. Entre 5 y 6. Una de las secuencias que siempre la conmueve es la que eligió Iñárritu para retratar las desapariciones de personas. “Está contada de una manera tan poética y tan hermosa con un diseño de sonido que te va directo al pecho que me cuesta verla cada vez”, opinó.
TN Show le preguntó a Siciliani sobre cómo vive la exposición personal en las redes sociales, un tema que aborda el film muy de costado. “Me estoy quedando un poco con las redes porque soy mala. Tengo muchos seguidores que se han ido sumando porque hice trabajos muy populares, pero no genero contenido. Siento que son un embole mis redes”, reflexionó.
En un momento de su comentario, Siciliani explicó que su hermana, que sí es influencer, le aconsejó que modificara el tipo de contenido que sube. “No sé hacer mucho otra cosa. Sí cuando me comprometo con alguna causa, me parece que ahí tengo una voz en las redes. Ahora, lo que sí es que le veo muchas cosas negativas”, lanzó.
“¿Qué cosas negativas?”, preguntó este medio. “Esto de usina de mierda, como una especie de generadores de odio. Sobre todo Twitter, que tiene mucha violencia. Veo que se agarran con algo y se pone muy gratuito todo”, enfatizó.
Con respecto a los haters y el seguimiento que le hace a los posibles comentarios dañinos que pueda recibir, Siciliani comentó que no tiene mucho tiempo de uso en las redes. “Me meto cuando tengo que informar algo o subir algo. No estoy metida, mirando. A veces me gustaría esto, participar más, saber usarlas mejor como a mi favor, pero no me sale tan naturalmente”, manifestó.
Sobre el final, trajo a la memoria un comentario que hace el personaje principal de la serie Paquita Salas, dueño de una verborragia contundente. “Este personaje español dice que no los llama haters, sino hijos de p… Tiene esa frase, con perdón de la palabra, pero hay algo de eso, que de golpe se convirtió en un personaje el hater. No: es gente generando odio porque sí, sin ninguna razón. No me interesa”, cerró.
Fuente: TN
Esta entrada ha sido publicada el 1 de noviembre, 2022 13:25
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