Nacionalizado como venezolano, Ricardo Montaner vivió los primeros años de su infancia en Valentín Alsina, donde comenzó su sueño de músico. En una pequeña habitación, donde creció junto a sus padres y su hermana, recibió su primera guitarra. Aunque a los ocho años se mudó a Venezuela con su familia, nunca olvidó sus orígenes.
“Cuando era chiquito y vivía en la calle Portela 2230 , Valentin Alsina, en la esquina había una panadería. Siempre tuve la fantasía de que mis papás tenían una panadería. Evaluna me sorprendió con un pan relleno de dulce de leche y volví a mi niñez”, contó en Instagram el reconocido artista, que recordó en reiteradas oportunidades su temprana vida en la Zona Sur del conurbano bonaerense.
Lejos de limitarse a mantener los recuerdos vivos en su memoria, puso manos a la obra para hacerle un homenaje a la localidad que lo vio nacer. Así fue como estrenó en mayo pasado el disco Tango. Lo hizo en el mítico Café de los Angelitos, rodeado de familiares, amigos y colegas. “Con estas pocas canciones me reconcilio con ese Ricardo chiquito”, se emocionó Montaner, el venezolano más argentino.
Ricardo Montaner: su sueño en Valentín Alsina
Ricardo Montaner nació el 8 de septiembre de 1957 en Avellaneda, aunque se crió en la localidad bonaerense de Valentín Alsina, en el partido de Lanús. Junto a su papá, Ernesto; su mamá, Martha, y su hermana menor, Norma, pasó los primeros años de su infancia en una pequeña habitación precaria.
“La estábamos pasando complicado. Nosotros vivíamos en una casa de vecindad donde vivían cinco familias, una de las familias era la mía, en una habitación con paredes de madera, vivíamos mi hermana, mi papá, mi mamá y yo. Era una habitación con un baño compartido con el resto de las familias”, recordó.
En la cama de ese cuarto fue donde recibió su primera guitarra, cuando tenía seis años. Fue un regalo de los Reyes Magos. Con emoción, contó los detalles de ese momento: “Siempre había soñado con una guitarra. Yo pensé que no había que aprender, sino que la podía tocar desde el primer día. Entonces empecé a rasguear cualquier cosa, mientras cantaba una canción de Palito Ortega, que fue uno de mis grandes ídolos”.
Aunque reconoció que su familia tenía limitaciones económicas, aseguró que eso nunca fue un problema: “No me gusta dar ese síndrome de lástima, porque a mí no me fue mal para nada. Tuve una niñez con privaciones, pero no soñaba con ir a Disney, pues para mí era un show de televisión que veía en mi televisión blanco y negro. Tampoco con tener un auto propio, porque no tenía amiguitos que tuvieran uno. Éramos una familia que vivía con mucha escasez a nivel económico, pero con mucho amor”.
Gracias a un crédito que sacó su papá, se mudó a una casa más grande. En esa misma vivienda, abrieron un kiosco. “Ahí jugaba a ser vendedor. Tenía una ventanita chiquita en la que vendía alfajores y lápices a los nenes que iban a la escuela”, relató.
Apenas estuvieron unos pocos meses allí. Cuando tenía casi ocho años, su papá recibió una oferta irrechazable de trabajo en Venezuela: “Era un cambio rotundo, le daba la oportunidad de darnos a nosotros una mejor educación, de darle una mejor vida a la familia”.
Sin embargo, su nueva vida en Venezuela no fue nada fácil. “No era muy feliz. Me hacían bullying en la escuela. Fueron años muy difíciles”, señaló. Entonces, empezó a cambiar: se volvió “muy serio”, se sentía “el chico más feo del mundo” y comenzó a engordar al punto de que lo llamaran “chanchito”.
Entonces, la música fue su salvación. Su papá le compró una batería y él entró en una banda de rock que tocaba los domingos en la iglesia. Un día, el cantante se enfermó y el tuvo que reemplazarlo, aunque tenía mucha vergüenza. “Vi que había dos muchachas que me sonreían. De ahí en adelante todo cambió para bien y me sentí más confiado y más lindo. La música te embellece”, recordó.
Ricardo Montaner: disco homenaje a su infancia en Valentín Alsina
Ricardo Montaner vivió los primeros años de su infancia en Valentín Alsina, barrio tanguero por excelencia. Aunque se estableció en Venezuela y forjó allí su carrera musical, nunca olvidó sus orígenes. Así lo reflejó en su nuevo disco: Tango, que fue lanzado al mercado en mayo de 2022.
El nombre del álbum es elocuente: está compuesto por 11 tangos que fueron grabados junto a una típica orquesta de 12 integrantes en el Estudio ION, ubicado en Balvanera, el mismo por el que pasaron varias figuras y bandas emblemáticas de la música argentina: Charly García, Luis Alberto Spinetta, Riff, León Gieco, Fito Paez y Serú Girán, entre otros.
“Es un proyecto que representa un sueño que comencé a gestar muchos años atrás. Este disco es cumplir una promesa que le hice a mi padre, a mi abuelo y a mi infancia en Valentín Alsina, provincia de Buenos Aires, Argentina, donde nací”, contó Montaner.
Fuente: TN