Migue Granados visitó Seres Libres (Crónica TV) y habló sin pruritos de su adicción al cigarrillo, a la comida y a las redes sociales. En diálogo con Gastón Pauls, reveló que lo que más le afecta es ser fumador.
“Lo padezco 100%. Me da asco. Las veces que dejé el pucho, me sentía muy pulcro. Sí, del pucho soy esclavo: creo que soy el dueño, pero no, soy esclavo total”, aseguró.
Migue contó que probó el cigarrillo por primera vez a los 15 años con el fin de hacerse el canchero. “Es como una compañía, pero a la vez chota. No me imagino muchas cosas sin el pucho, no puedo cag… sin el pucho”, reveló. “Ya lo estoy viendo oscuro”, confesó.
Si bien remarcó que lo que más le preocupa es este hábito, también se vincula de manera problemática con la comida y las redes sociales, aunque admitió que todavía disfruta de estas últimas dos.
“Yo soy gordo de alma y corazón. Milito la comida. No es un nutriente para mí, soy fan”, dijo. Y manifestó: “En la época de pandemia era jugar a la Play hasta las 5 de la mañana y era un merquero de palitos. Un Jim Morrison de palitos”.
“Ser gordo me funciona, por quién soy y de lo que laburo. Porque hay una realidad, a mí me llaman para hacer cosas de marcas que la opción era Darío Barassi o yo. ¿Con quién vas a hacer una publicidad de Nutella? ‘Barassi era muy caro, Migue, ¿lo querés hacer?’ El chistoso gordo no es lo mismo que chistoso flaco”, comentó.
Además, reflexionó sobre el bullying que recibió por su cuerpo, y aseguró que no sabe cuál es la solución. “Es duro, no sé qué se puede hacer porque para la mayoría de los padres lo rápido para solucionar es que adelgace. Porque no podemos modificar la sociedad, entonces vamos al nutricionista. Es la salida rápida, no la aceptación, sino resolverlo”.
En cuanto a las redes sociales, señaló que es “falopa pura”. “Y es tan dañino cuando no la encontrás… Yo cuando quiero levantar un poco el ego, voy a Twitter”, indicó.
Migue Granados contó que es hipocondríaco
“Creo que si me pegara un sustito, me vendría bien”, reconoció Migue Granados, justo antes de revelar que es hipocondríaco, que es la obsesión con la idea de tener una enfermedad grave no diagnosticada.
“Yo me voy a hacer la placa de pecho, una vez por año. Y el loco hace ‘clac´ y yo le pregunto ‘¿Y?’. Y el tipo me dice ‘no, pará, esto te lo tiene que analizar el médico’ y yo le respondo ‘No, vos sabés si hay algo ahí, mostrarme los pulmones’”, explicó.
“Hay dos caminos en la psiquis. Uno es, que como todo está bien, reseteo, doy de nuevo y dejo esto. La otra es pensar ‘tengo paño’, y yo soy ese pelotudo”, advirtió.
Fuente: TN