El comediante, que enamoró a toda una generación y que levantó las banderas de la integración racial, está en el ojo de la tormenta por el raid de acusaciones en su contra.
El cómico Bill Cosby, uno de los referentes del humor en los Estados Unidos, cumple 85 años en el epílogo de una carrera prolífica y repleto de inconvenientes que atraviesan las pantallas. A lo largo de varias décadas, al menos 60 mujeres lo denunciaron por abuso sexual ante la Justicia. Incluso fue condenado en varias instancias, pero él sostiene que es inocente.
Cosby estuvo dos años detenido recientemente por una denuncia de violación realizada por una ex jugadora de básquetbol, pero recuperó la libertad a mediados de 2021 luego de que un tribunal anulara la sentencia de su contra.
De todos modos, el 22 de junio pasado recibió otro revés: lo hallaron culpable de violar a una chica de 16 años en la mansión de Playboy. Sin embargo, no irá preso porque pagó 500.000 dólares para evitarlo. El comediante, toda una celebridad durante décadas en los Estados Unidos, llega al ocaso de su vida manchado por sus ataques contra mujeres, pero su historia empezó con el brillo de una estrella.
El intérprete, que nació el 12 de julio de 1937 en la ciudad de Filadelfia, Estados Unidos, supo construir el personaje que lo iba a llevar a la fama desde temprana edad; los profesores de la escuela secundaria a la que asistió observaron que, pese a sus buenas calificaciones y a su compromiso en las actividades extracurriculares, Cosby contaba con una tendencia a bromear. Por ese motivo, él mismo se caracterizó como “el payaso de la clase”.
Posteriormente, incursionó en diferentes obras de teatro amateurs en las que se destacaba sobre el resto de los participantes. Sin embargo, con el objetivo de costearse sus estudios, decidió ingresar a una tienda de reparación de calzado como aprendiz y llegó a enrolarse en la Marina norteamericana, donde sirvió como farmacéutico durante cuatro años. De todas formas, su suerte empezaría a cambiar en la década de los 60.
Ya inmerso en el mundo de la comedia, el intérprete se anotó en diversos clubes dedicados al stand-up. Los primeros destellos de su talento aparecieron en el programa The Tonight Show, emitido por la cadena NBC. En 1964, un año después de su aparición en el ciclo televisivo, la compañía Warner Brothers le ofreció un contrato de grabación para lanzar su primer álbum, que acabó siendo un éxito.
El comediante también hizo historia cuando fue confirmado como uno de los protagonistas de la icónica serie I Spy, que se convirtió en el primer programa semanal dramático en el que un personaje afroamericano formaba parte del elenco principal. Los auspiciosos números cosechados, que lo llevaron a ser uno de los veinte más vistos de 1975, junto con las buenas valoraciones que recibió el papel de Bill –ganó tres premios Emmy consecutivos– lo catapultaron al estrellato.
Pese a que intentó, sin pena ni gloria, hacerse un lugar en el rubro musical, su fuerte sería la pantalla chica. El actor creó, produjo y protagonizó La hora de Bill Cosby, una comedia familiar en la que el estadounidense tomó el rol de médico. El ciclo llegó a tener 63 millones de televidentes por show y el intérprete, que ya se había erigido como una de las celebridades más representativas para la comunidad afroamericana, se convirtió en el mejor pago del país.
Lo llamaban “el padre de América”. Disfrutó del cariño de millones de personas que se posaron frente a la televisión para disfrutar de sus programas, pero debió observar cómo su figura se degradó poco a poco. En junio de 2022, el cómico fue condenado a pagarle 500.000 dólares a Judy Huth, en el marco de uno de los casos más controversiales que atravesó en su largo historial frente a la Justicia.
La denunciante, que aseguró que Cosby la acompañó hasta la Mansión Playboy en 1975, cuando era menor de edad, y la obligó a realizarle diferentes prácticas sexuales contra su voluntad, fue la última entre 60 mujeres que lo llevaron al banquillo de los acusados. Aun así, el intérprete asegura que no participará de los grupos de rehabilitación para agresores sexuales.
“No debería tomar ningún curso porque soy inocente, y hacerlo sería admitir mi culpabilidad”, expresó en una charla con su vocero, Andrew Wyatt. Ocurre que, durante uno de los juicios a los que Cosby estuvo sometido, él mismo admitió que había drogado a diferentes chicas con Quaalude, un ansiolítico que tenía efectos hipnóticos e inmovilizantes.
Por ese motivo, el actor llegó a asegurar que, si las denunciantes habían aceptado su invitación a encontrarse, el consentimiento estaba implícito. Insólitamente, y con la consciencia tranquila, el norteamericano ofreció charlas motivacionales a sus compañeros de celda en el Correccional de Máxima Seguridad de Phoenix.
En 2018, cuando el movimiento #MeToo prometía destapar la olla del entramado de violaciones producidas en el submundo de Hollywood, Bill Cosby se transformó en la primera celebridad en ser sentenciada. Del prestigio ganado a fuerza de talento e inventiva al ocaso de uno de los símbolos de la movilidad social ascendente y la integración.
Fuente: TN
Esta entrada ha sido publicada el 12 de julio, 2022 10:05
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