Alberto Fernández es el presidente formal de la Argentina. ¿Por qué no lo sacan? Por el revuelo institucional que generaría y porque Cristina no quiere asumir este gobierno como propio. Este desastre como propio.
Cristina, que es brillante, que siempre se equivoca al elegir candidatos, comete la ingenuidad de pensar que la gente puede creerse semejante estupidez.
Alberto pasó de la reelección al subsuelo. Hoy le inventan agenda y tratan de mantenerlo en su burbuja.
El poder es cruel. El peronismo en el poder es doblemente cruel.
La historia que comenzó la semana pasada no terminó: se acabó la guita. Vamos a ver, en estas semanas, de qué se disfrazan los que reparten guita cuando no la tienen.
Vamos a presenciar, en estas semanas, cómo se desarma un invento de Cristina que salió mal. Es impensable que Alberto y Cristina recompongan porque Cristina le perdió el respeto.
Del mismo modo que nadie puede pensar en que nuestra nueva ministra de Economía ponga en marcha nada.
Batakis no está a la altura del cargo, y mucho menos está a la altura de la crisis. La crisis es política y son la sombra y el pensamiento de Cristina lo que la empeora.
No hay un mango más y el poder, definitivamente, cambió de manos.
El discurso de Alberto Fernández en Tucumán
En el discurso del 9 de Julio, en Tucumán, Alberto estaba irreconocible. Leyó todo, no levantó el dedito, está tan cambiado que cuando llegó a la Quinta de Olivos, Dylan no lo reconoció y le empezó a ladrar como Cristina.
El Alberto moderado duró casi nada y ahora tenemos al Alberto sedado. Se lo vio tranquilo como quien se acaba de sacar un peso de encima: en su caso, gobernar.
Finalmente, Alberto usó la lapicera… Para escribir el discurso que le dictó Cristina.
El lunes Alberto y Cristina se juntaron en Olivos a cenar. La reunión iba a ser el domingo, pero Alberto necesitaba un día para descolgar la bola de espejos y esconder la barra de tragos.
Entre el presidente y la vice hay mucha desconfianza. Desconfían tanto uno del otro que Alberto, antes de esa cena, le hizo probar la comida a Dylan; y Cristina, a Parrilli.
Estuvieron tres horas y dicen que en la reunión hubo muchos momentos de tensión. Alberto, la próxima invitala a un café de parado así en la primera de cambio te las tomas.
En la cena Alberto estaba molesto. No solo por los reproches sino porque solo le pusieron cucharas, porque él no corta ni pincha.
Como la pasaron bomba, el miércoles se volvieron a juntar y lo invitaron a Massa. El menú fue lo que quedó de la cena del lunes.
El viernes Cristina inauguró el cine teatro municipal de Calafate. Y lo sorprendente es que no se llama Néstor Kirchner. ¿viste que volvieron mejores?
Hacía falta un cine en la ciudad. Para que los chicos puedan ir. Y no les hace falta ratearse porque en Santa Cruz casi nunca hay clases.
Cristina se pasó un año pidiendo que se vaya Guzmán y ahora que se fue, lo acusa de destituyente por renunciar.
Pidió la cabeza de Guzmán, y cuando le trajeron la cabeza, dijo: “Ah, es pelado no me gusta”.
Ella odiaba a Guzmán, pero la gota que rebasó el vaso fue que anunció su renuncia en la mitad del discurso de ella y le robó protagonismo.
Para planificar la economía, Guzmán no fue muy bueno, pero planificando venganzas es un capo.
En el Calafate, Cristina dijo que no iba a revolear ministros. Eso es cierto: el kirchnerismo revolea bolsos, a los ministros solamente los aprieta para que renuncien.
Cristina quiere echar a Moroni, Pesce, Marcó del Pont y a los piqueteros amigos del gobierno, que son parte de la mesa chica de Alberto.
Una mesa que vendría bien cortarla, porque hasta la mesa chica, a Alberto ya le queda grande.
El peso boliviano es un refugio de valor para los argentinos
En el norte del país se está dando una situación bastante particular: el peso boliviano se convirtió en un refugio de valor para los argentinos.
Muchos jujeños y salteños prefieren hoy ahorrar en pesos bolivianos en lugar de hacerlo en pesos argentinos. Esto se da porque el peso boliviano no pierde valor frente al dólar. En 2017, hace 5 años, comprabas un dólar con 6,81 pesos bolivianos, y hoy, 5 años después, lo podés comprar a 6,87. Seis centavos más caro que hace 5 años.
Esto también pasa porque la inflación anual en Bolivia fue del 0,9% en 2021 y el dinero no pierde valor. Con 100 bolivianos, te comprás lo mismo que te comprabas hace un año con esa misma plata.
Como todos saben, Silvina Batakis es la nueva “no ministra de economía”.
El cambio de mando en el ministerio de economía fue muy emotivo y hasta hubo lágrimas: Guzmán le tiró la llave y Batakis se puso a llorar.
Una curiosidad y esto es cierto: Batakis contó que el domingo, cuando Alberto la llamó, no la podía ubicar porque en La Plata, donde vive, le habían robado los cables y no tenía ni teléfono fijo ni internet. Y en el celu casi no tenía señal.
Por esos problemas de conectividad le aclaró que estaba medio aislada. Justo a Alberto le vas a contar lo que es estar aislado.
Batakis arrancó con todo, el miércoles en A Dos Voces dijo que “el derecho a viajar colisiona con la generación de puestos de trabajo”. Declaró esto el mismo día en que el Central endureció el cepo para que no se pueda comprar en cuotas en el free shop.
Sobre el final de la entrevista, Batakis recomendó un lugar para visitar: el Bañado la Estrella, de Formosa. A Batakis le encantó este lugar porque es muy parecido al estado de la economía argentina: está tapado por el agua, no hay infraestructura, es difícil hacer pie y lo que todo el mundo admira es el verde.
El recambio del gabinete económico
El miércoles renunció Guillermo Hang a la Secretaría de Comercio, el exitoso reemplazante del exitoso Feletti. Estuvo en el cargo 44 días, duró un poco más que el último acuerdo de precios.
Lo reemplazó Martín Pollera. Con ese apellido, al menos ya es el funcionario más inclusivo del gobierno. Adiviná bajo qué pollera va a estar.
En realidad se pronuncia “polera” -igual queda en el rubro textil- viene de trabajar con Batakis en el Ministerio del Interior como subsecretario de políticas para el desarrollo con equidad regional.
Como jefe de Gabinete irá Juan Manuel Pignocco, que en su cuenta Twitter se pasó retuiteando a Feletti. ¿Hay algo peor que Feletti? Sí, un fan de Feletti.
Al final se fue Guzmán, pero los que se quedaron son todos los que estaban en Energía.
Estaban en contra de la segmentación, pero la aplicaron con Guzmán al que lo segmentaron como a un pollo y se lo comieron a la parrilla.
Ya sin Guzmán, nadie sabe cómo se va a hacer la segmentación ni si se va a hacer, pero el Gobierno oficializó el formulario para pedir los subsidios.
Si no se soluciona el tema del dólar, en 45 días no habrá café en la Argentina. Las cápsulas de George Clooney va a ver que recargarlas con yerba. ¿Te imaginas? Todos durmiéndose.
Todas las parejas que no se van a formar. Porque no es lo mismo decir: “Te invito a tomar un yogurt”.
Por la falta de dólares, podría faltar el alimento balanceado. Ahí sí que no sería raro que Alberto le suelte la mano a Dylan.
Por otro lado, en una semana el precio del salmón pasó de 1200 pesos a 2600. A este paso el sushi lo van a tener que hacer con bagres y mojarritas.
Otro faltante es el papel higiénico. Así que si desaparece la revista que estaba en el baño, no es que se la hayan afanado.
¿Te acordás cuando hacíamos chistes de la escasez de papel higiénico en Venezuela? Todo llega.
Faltan cubiertas, botines de fútbol, pilas, encendedores, productos de cosmética, librería. ¿Y el avión iraní?
La tripulación del avión iraní hace un mes que está en el país y ya se están argentinizando.
Se la pasan chequeando el precio del dólar, aprendieron las señas del truco, discuten de fútbol y ya están tramitando el plan jefes y jefas de células terroristas.
Incluso, todavía no se fueron del hotel, pero ya separaron las toallas que se van a chorear. En cualquier momento les ofrecen un espacio en canal 7 para hacer “cuatro iraníes dicen”.
Fuente: TN