Gran actriz

La insólita mentira por la que María Valenzuela terminó en un quirófano a los 13 años

En su paso por “PH: Podemos Hablar”, la actriz contó cómo engañó a su mamá y a los médicos. “ La seguí a muerte”, admitió.

“Avancen al punto de encuentro, los que mintieron para zafar de algo”, sugirió Andy Kusnetzoff en la última emisión de PH: Podemos Hablar (Telefe). Esa invitación fue el pie para que María Valenzuela contara una anécdota increíble sobre cómo terminó en un quirófano para evitar las grabaciones de un episodio de la telenovela Muchacha italiana viene a casarse. “Me hice operar para no ir a grabar porque no sabía la letra. Tenía 13 o 14 años”, reconoció.

Ante la atenta mirada del conductor, la actriz explicó cómo se fue gestando esa mentira que tuvo un desenlace inesperado. “El día anterior le pregunté a mi viejo: ‘¿Dónde está el apéndice, papá?’. Él me dijo: ‘De este lado, ¿por qué?’. Y yo le respondí: ‘No, por nada’”, sostuvo al comienzo de su relato. Luego, añadió: “En vez de estudiar, inventé que me dolía el apéndice. Yo creí que me mandaban a mi casa tranquila, pero no, me mandaron a una clínica y me mandaron al quirófano”.

Una vez que la operaron, Valenzuela invirtió el tiempo de su recuperación en aprender el libreto. “Cuando saliera del sanatorio, ese sábado sabía que me iba derecho para grabar”, señaló. Al escucharla, Andy intentó entender cómo había llegado a convencer a los cirujanos de que debían operarla. “¿Y nadie te revisó?”, indagó. Y ante esa pregunta, la invitada fue muy sincera: también le mintió a los médicos para convencerlos.

“Yo la seguí a muerte, sino mi vieja me cag… a trompadas. Ella se enteró muchos meses después de que yo había mentido. No me acuerdo mucho. Sé que estaba mi mamá, y el médico le dijo: ‘Hay que operarla de apéndice’, y mi mamá dijo que sí. Yo la seguí”, rememoró.

Pese a que la intervención quirúrgica parecía no ser necesaria, los médicos se terminaron sorprendiendo con lo que encontraron. “El final es maravilloso. Me trajeron el tubito con el apéndice adentro y estaba re gordo. Si yo esperada dos o tres días más, tenía peritonitis. ¡Tuve un principio de peritonitis! Yo corría y me dolía el lado contrario, porque hacía reflejo, no me dolía el lado del apéndice. Tuve un santo, zafé de p…”, reflexionó.

Luego, reveló una situación aún más incómoda: admitirle a su mamá que había mentido. “Meses después, le dije a mi vieja que había mentido, pero bueno… como fue un principio de peritonitis, no me pudo decir nada”, recordó. Y entre risas, les envió un mensaje a quienes nunca se enteraron el trasfondo de la historia: los profesionales que la operaron de urgencia. “Se están enterando ahora”, concluyó.

Fuente: TN

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Dra. Jessica Mineo
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