La actriz tomó la decisión cuando una de las chicas salió en televisión pidiendo una mamá y un papá. “Se presentaron al juez y le dijeron ‘me quiero ir con ella’”, rememoró sobre el proceso.
En la última emisión de PH: Podemos Hablar (Telefe), Celina Rucci recordó cómo fue la adopción de sus hijas. “Daniela y Noelia llegaron a nuestras vidas cuando tenían 10 y 11 años”, rememoró. Todo comenzó cuando vio a una de las chicas en un noticiero que se encontraba realizando una cobertura en El Impenetrable, al noroeste de la provincia de Chaco.
“Dijo que le gustaría tener una mamá y un papá. Vi ese nota y pensé que podría ser yo. Viajé sola, me metí en el lugar y de repente aparece una nena. Yo solo sabía que la chica se llamaba Noelia, así que le pregunté si la conocía y me dijo que era su hermana. Ahí dije ‘pucha’, me di cuenta de que eran dos”, relató quien también es madre de un varón de 26 años.
Una vez que llegó al lugar, la actriz no solo tuvo que tratar con la familia de las nenas. “Sus condiciones eran muy básicas… horribles. Me apena que sigan pasando estas cosas en este país. Son personas que no tienen mucho contacto con la gente, así que les comenté de manera muy pausada para que me entendieran. Me presenté, les comenté que me ofrecía a adoptar a las nenas y me hicieron hablar con un cacique”, señaló.
Celina destacó que la adopción se desarrolló de una forma sencilla porque no intentó crear un vínculo de parentesco con un recién nacido. “Nunca me fijé en su edad. El derecho lo tienen las criaturas. Una tiene el deseo de ser madre, pero el derecho es de los niños a tener una familia. Y tienen los mismos derechos los nenes de cinco, seis, siete, que están boyando por todos lados, mientras las mamás quieren a un bebito”, sostuvo.
Luego, describió una situación muy particular que vivió en el juzgado: “Estas nenas ya podían hablar y se presentaron al juez y le dijeron ‘me quiero ir con ella’. Ahí el juez me empezó a dar ciertas directivas y yo le respondo: ‘Bueno, mientras te junto todo eso, ¿vos la tenés en tu casa? Porque a partir de ahora son mis hijas y no quiero que vivan más en estas condiciones”.
La actriz considera que ayudar a las chicas fue una forma de retribuir un poco de lo que la vida le había dado. “Yo me siento muy en paz, muy feliz, logré lo que yo quería. Les di sus herramientas, después el resto es cosa de ellas”, concluyó.
Su relato emocionó a Karina Jelinek, quien acotó: “Yo no soy mamá, pero me gustaría adoptar. Cómo dice nuestra amiga (en referencia a Rucci), hay tantos amigos que no tienen donde ir y necesitan una casa. O alquilar un vientre, seguramente ya se va a dar”.
Fuente: TN