La actriz que encarnó a Doña Florinda quiere reclamar los derechos de las producciones de Roberto Gómez Bolaños.
En las últimas horas se conoció la noticia de que Florinda Meza, la actriz que interpretó a Doña Florinda en El Chavo del 8, iniciaría una batalla judicial contra los hijos de Roberto Gómez Bolaños, que fue su esposo durante diez años. La artista mexicana reclama su parte de los derechos de las producciones de Chespirito.
Según detallaron medios internacionales, los hijos de Gómez Bolaños planean una serie de producciones en torno a la obra de su papá. Se trataría de una biopic y un cómic en el que inevitablemente aparecerá Doña Florinda, el personaje de Meza. Por este motivo, la actriz estaría dispuesta a demandarlos.
Esta no es la única batalla que enfrenta la artista. Es que Meza no estuvo presente en las negociaciones con Televisa que llevaron al fin de la emisión del ciclo en todo el mundo.
Por este motivo, habría contratado al abogado Guillermo Pous para que la asesore en relación a sus derechos literarios como coautora del programa y los derechos de propiedad intelectual, imagen y biográficos.
En este sentido el letrado remarcó que Gómez Bolaños la habría designado como “la encargada de resguardar la integridad” de su obra, dado que la actriz fue autora y coautora de muchos de los guiones de Chespirito.
La historia de amor y la polémica
Los artistas se conocieron trabajando. Él estaba casado con Graciela Fernández, la madre de sus seis hijos, y ella mantenía un romance con Carlos Villagrán, el actor que personificó a Quico. Sin embargo, ni el contexto ni las dos décadas de diferencia impidieron el amor.
Tras un extenso noviazgo, se casaron en 2004 y continuaron juntos hasta la muerte de Chespirito, en 2014. Sin embargo, el trato con los hijos de él nunca fue cercano, menos después de su muerte.
La mansión de Chespirito a la venta
Lejos del humilde barril del Chavo del 8, Gómez Bolaños vivió en “Villa Florinda”, una lujosa mansión en Cancún, México, que está a la venta y cuesta casi dos millones de dólares.
La construcción, que tiene 1000 metros cuadrados, se encuentra en un condominio residencial llamado Isla Dorada, una de las zonas más exclusivas del país azteca.
Diseñado con un estilo neoclásico hispano mexicano, cuenta con siete habitaciones, nueves baños, cocina, comedor, cuarto de lavado y planchado y una sala de televisión. Además tiene jardines de 300 metros cuadrados en los que reúne distintos ambientes recreativos que incluyen desde un bar hasta un gimnasio, spa, canchas de tenis y piscina.
Fuente:TN