María Lazarte es profesora de arte en diferentes escuelas de Villa Gesell y dictaba talleres presenciales, ocupaciones que con la pandemia, pasaron al formato virtual.
Esta artista nata, sufrió como todos el asilamiento y el cambio de rutina. Tenía tan cerca la playa y no podía tocar la arena, que el día que la restricción se levantó, no lo dudó, tomó un palo, caminó a la orilla del mar al amanecer y conectó con la naturaleza de una manera muy especial.
Las sensaciones de esa energía fluían esa mañana y María dejó plasmado en la arena todos esos sentimientos encontrados, a través de un mandala.
Un arte efímero que nos recuerda, asegura María, “algo que la pandemia nos vino a reafirmar: solo existe el presente“.
Le sacó una foto, en el preciso instante en el que sol esta saliendo y en este momento supo que quería hacer eso todos los días.
Esta rutina no solo fue para ella, sino para todos los gesellinos que mientras desayunan disfrutan de los hermosos dibijos en la arena.
Fue tan grande la repercusión, que a María le piden mandalas dedicados en ocasiones especiales y para ella esto fue inimaginble.
Arte efímero, el mensaje de “puedo hacerlo” y dibujos enormes en la playa, que la propia naturaleza se encarga de limpiar, para que al día siguiente, María pueda tener un nuevo lienzo.