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Estrenos de cine: Angélica, un retrato de la demolición de una mujer y Golondrinas, ópera prima sobre obreros zafrales

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El primero, un film de Delfina Castagnino que define los abismos de la soledad y la locura. El segundo, el primer trabajo de Mariano Mouriño que fue premiado por el INCAA.

Angélica ★★★★

Argentina. Dirección: Delfina Castagnino. Elenco: Cecilia Rainiero, Antonio Grimau, Andrea Garrote, Diego Cremonesi y Sebastián Arzeno. 103 minutos.

Ganadora del premio a la “Mejor Película” en la competencia argentina del Festival de Mar del Plata 2019, Angélica es un inquietante y sombrío relato sobre el desmoronamiento psicológico de una mujer. Su protagonista (una muy buena Cecilia Rainero) está por cumplir 40 años en plano duelo por la muerte de su madre. Cuya casa, la casa de sus recuerdos, la casa de su infancia, ha quedado vacía y pronto desaparecerá bajo la maza de los albañiles.

Junto a su equipo, la directora Delfina Castagnino, experimentada montajista de muchas películas argentinas y directora de un film anterior, Lo que más quiero (2010), despliega buenas ideas, de puesta y de guion, para seguir el derrotero de Angélica. En una película que no oculta su oscuridad ya desde el prólogo, en el que la mujer, semidesnuda en la cama, bebe whisky del pico, tiene un encuentro con un ex, apaga y prende un velador y parece haber perdido por completo las ganas de levantarse.

Seguirán otros encuentros, con otros personajes secundarios. Algunos, quizá, fruto de su imaginación (un galán maduro, estupendo Antonio Grimau), pues el camino hacia la locura de Angélica parece completamente abierto. Otros, como su hermana (Andrea Garrote), tan reales como posibles puentes, desesperados, hacia una realidad que a Angélica se le va escapando entre las manos.

Así, ni siquiera a ella podrá mostrarle la verdad: que se refugia clandestinamente en esa casa con goteras. Y que no está dispuesta a irse, ni siquiera cuando la invadan los ruidosos albañiles. Cada vez más parte de esa casa, usando los viejos vestidos de la madre, y sus pelucas, y su grotesco maquillaje, como una versión de Bette Davis en ¿Qué pasó con Baby Jane?. Esperpéntica y maniática, alternando momentos de euforia sin filtro con depresiones paralizantes.

El paralelo entre ambas demoliciones (la casa, su mente) es claro sin caer en obviedades, mientras la cámara saca provecho a su espacio de puertas cerradas y logra hacer, de esa limitación una fuente de buenos recursos. Angélica guarda para el último tramo una muy buena pisada de acelerador, que la aleja del thriller psicológico y la acerca al horror puro y duro. Ese que define los abismos de la soledad y finalmente, de la locura.

Golondrinas ★★★

Argentina. Dirección: Mariano Mouriño. Elenco: Germán Palacios, Melani Nacul, Isaías Salvatierra, Hernán Miranda, Sergio Prina, Roberto Cobian, Ángel Collante y María Laura Carhuavilca. 64 minutos

Esta ópera prima de Mariano Mouriño, ganadora del concurso para primeras películas de INCAA, toma su nombre de los trabajadores golondrina, zafrales, temporarios. En este caso, dos hermanos, Juan y Ana, y su relación con Edgardo (Germán Palacios), el dueño de la estancia durante una cosecha que los ocupa. En pocos minutos, y con buenas ideas, los realizadores exponen algunos hilos de una realidad de explotación vinculada al trabajo en el campo.

A pesar de cierto esquematismo en la asignación de roles, casi de buenos e inocentes, y malos y perversos, la capacidad de observación, los bellos paisajes naturales (se filmó en Entre Ríos), el peso de las buenas interpretaciones (los tucumanos Isaías Salvatierra y Melanie Nacul, además de Palacios) suman a la solidez de este primer trabajo.

Fuente: TN

Esta entrada ha sido publicada el 20 de noviembre, 2020 16:00

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