“The wolf of Snow Hollow” mantiene el interés y la sorpresa hasta el final, con ecos evidentes a “Fargo” y a “Twin Peaks”. Además, el lanzamiento de “Tengo miedo, torero”, protagonizada por Alfredo Castro
Tengo miedo, torero ★★★
La relación entre una travesti veterana y un militante político, durante la represión pinochetista, es el centro de esta película basada en la novela del poeta y artista multifacético Pedro Lemebel. Con ecos de El beso de la mujer araña de Puig, una puesta algo teatral —con las locaciones como escenarios por los que entran y salen personajes—, y un juego con el melodrama clásico.
“La loca” (estupendo Alfredo Castro) es una superviviente, habitué de una noche en la que los espacios de alegría y libertad están en peligro. Vive en un caserón en ruinas, haciendo trabajos de costura, y cuando conoce al mexicano Carlos, acepta su pedido de guardarle cajas de libros. Claro que también hay otras cosas en esas cajas, que requieren un código (Tengo miedo, torero) por si son descubiertas, mientras Carlos se reúne con un grupo de amigos (entre ellos, la argentina Julieta Zylberberg) con los que traman un atentado.
El cruce de luchas políticas (revolucionarias, antipinochetistas y sexuales) es la trama sobre la que se teje esta historia que dirige Rodrigo Sepúlveda y estrena en Cine.Ar. Que a medida que avanza se revela más preocupada por el vínculo que se establece entre los protagonistas. Acaso distintos, pero capaces de hacerse compañía en una amistad que escapa a las categorías.
The wolf of Snow Hollow ★★★★
Una pareja se prepara para pasar una noche de amor en la cabaña idílica que eligió, en una noche nevada. Pero después de cenar, ella aparece brutalmente asesinada. Parece obra de un animal, un lobo. Pero un animal muy grande y es noche de luna llena, ¿un hombre lobo?
En el pequeño pueblo Snow Hollow no se habla de otra cosa, la gente tiene miedo y la policía está para tranquilizarla. Pero a la pequeña comisaría el asunto le queda grande. Sobre todo porque está a cargo Marshall (Jim Cummings, director y guionista), el hijo del sheriff (el gran Robert Forster, en su último trabajo), un tipo lleno de problemas. Violento, alcohólico, sacado. Incapaz de resolver el menor de sus problemas (su vínculo con su hija adolescente, su odio hacia su ex, su complejo de inferioridad) sin ataques de ira. Torpe, prejuicioso, un personaje irritante en el centro del relato, que lo convierte en uno incómodo de principio a fin.
¿Es The wolf of Snow Hollow una película de terror, un policial, una comedia negra y absurda? Todo eso a la vez, en un extraño equilibrio que mantiene el interés y la sorpresa. Divertida y original, sin duda, con sus ecos evidentes a Fargo y a Twin Peaks. Y maliciosa, capaz de hacernos reír de lo que quizá no se debiera. Con un puñado de personajes entrañables intentando soportar a Marshall, como los espectadores. Mientras se acumulan los cuerpos.
Fuente: TN