Se estrenó el jueves de manera digital. Protagonizada por Jazmín Stuart y Agustín Rittano, cuenta la historia de una pareja que huye de un escenario caótico producto del insomnio.

“Verso, todo verso”, dice un policía turbio, mientras toma mate en el motorhome de una pareja bastante asustada. Ella lleva barbijo, los dos hombres no. Y el verso tiene que ver con la pandemia que sufre el país y tiene a la gente con la cara tapada por los contagios, pero de la que nadie sabe nada, y muchos, como el agente, creen más bien poco.

El estreno de Tóxico, la película de Ariel Martínez Herrera, se había anunciado como la curiosidad que es: la película argentina que se anticipó a lo que estamos viviendo. Y se estrenó finalmente este jueves, online, en el canal Cinear.tv.

Con un guion escrito con la asesoría de un biólogo, Emiliano Aguerreberry, una fotografía lucida (la ruta, el campo), y varias buenas ideas (la casa rodante es… una casa), es una road movie que sigue a Laura (Jazmín Stuart) y Augusto (Agustín Rittano) en una huida hacia adelante. Una pareja con sus problemas, sus tensiones y sus secretos, que se irán revelando por el camino.

Alcohol en gel, barbijos (a veces, porque nadie tiene nada claro) y tráfico secreto de medicamentos hacen a la situación angustiosa planteada por una epidemia de insomnio. La gente no duerme y está sacada. No andan los servicios, se caen los sistemas y los teléfonos y la paciencia se agota. Hay muertos en las calles, pero se debe seguir adelante. La información, oficial y de la que sea, brilla por su ausencia.

Filmada ya hace un par de años, Tóxico empezó a pensarse aún más atrás, a partir de las noticias de la gripe A. Una comedia negra, en la que algunas escenas (suicidios, cuerpos dejados en la ruta), si bien no llegan a indignar, no terminan de hacer gracia. Y cuyo tono va y viene de una manera errática, amén de algunas desprolijidades narrativas. De todas formas, a su simpatía general se suma la curiosidad que implica verla en este contexto. Cuando las escenas de gente comprando con barbijos funcionan como un espejo.

Fuente: TN