Boy George, Dita Von Teese, Rossy de Palma y las supermodelos Bella Hadid e Irina Shayk fueron parte del espectáculo más impactante de la semana de la moda en París.
Después de medio siglo marcando con una extravagante creatividad y un espíritu transgresor la marcha de la moda, el diseñador francés Jean Paul Gaultier celebró en París su último desfile de alta costura, sin retirarse del todo.
El otrora “enfant terrible” de la moda, de 67 años, así lo anunció por sorpresa el viernes, en un breve video enviado a la prensa. “Te voy a dar una primicia, será mi último desfile, tienes que venir, no te puedes perder esto”, afirmó Gaultier supuestamente a un amigo al otro lado del teléfono, en la grabación. “Será una gran fiesta, con muchos de mis amigos y nos vamos a divertir mucho. Acabará muy tarde”, vaticinó, con una actitud divertida.
El desfile en el que participaron celebridades como Boy George, Dita Von Teese y la supermodelos Irina Shayk y Bella Hadid, tuvo lugar en el teatro musical de Châtelet, en el marco de la Semana de la Moda de la Alta Costura, un selecto club al que Gaultier pertenece desde 2001 junto a otras 15 firmas en el mundo, como Dior y Chanel.
Pero no será el final. Su firma, vendida al grupo español Puig en 2011, “continuará con un nuevo proyecto” del que es el “instigador” y que será revelado “próximamente”, dijo, enigmático.
Subversivo, libre, Gaultier es uno de los modistos más importantes de todos los tiempos, al haber sacudido los cánones de belleza tradicionales y haber dado cabido a todas las orientaciones sexuales mucho antes que los demás. También se adelantó a la fusión de géneros. En los años 80, revolucionó la moda a golpe de geniales creaciones, como el corsé cónico que lució Madonna, la falda para hombre o la camiseta marinera, a la que dio una nueva vida en recuerdo de su abuela, que lo “vestía de azul”.
Rodeado de musas como la actriz española Rossy de Palma (presente en el desfile), Gaultier ha hecho de sus desfiles un mundo aparte: lejos del tradicional formato rígido de la pasarela, lo suyo son espectáculos rebosantes de excentricidad y osadía, más cercanos al cabaret. “Diseñador inconformista busca modelos atípicas. Rostros deformes no abstenerse”, rezaba un anuncio que publicó en la prensa en los años 80.
Así, invitó a la pasarela a hombres mayores, mujeres con sobrepeso y en 2014 hizo desfilar a la drag queen Conchita Wurst. También creó el vestuario de películas como “La mala educación” y “Kika”, de Pedro Almodóvar; “El quinto elemento”, de Luc Besson, y colaboró con sus coloridos diseños en el Carnaval de Río y en el Día de los Muertos de México.
Muchos lo consideran su referente histórico, como el diseñador español Alejandro Gómez Palomo, cuya marca Palomo Spain triunfa en París desde hace dos años. En 2018, declaró que “todo el mundo es bello” en su espectáculo autobiográfico “Fashion Freak show” en París. Su éxito le habría dado alas para ir más allá de las Semanas de la Moda, según algunos observadores.
Su último gran espectáculo fue tan impactante como los anteriores: extravagancia, colores estridentes, texturas voluptuosas, fantasía y realismo. Cada una de las creaciones hizo juego con las particularidades de la locación, dando lugar a una vivencia extraordinaria por parte de sus espectadores. Después de todo, es un referente emblemático de la historia de la moda, y un ícono artístico inigualable.
Fuente: tn.com.ar
