DUBA celebró un hito histórico al ganar la final por un impresionante margen de 42 puntos, logrando no solo el campeonato sino también el ascenso a la Liga Nacional de Básquet. Lo hicieron con un equipo íntegramente formado por jugadores de la institución, algo que, en palabras de sus referentes, “tiene un valor doble”.
“Todos nuestros jugadores son de DUBA, hinchas y formados acá. A diferencia de otros equipos que refuerzan con jugadores de distintas provincias, nosotros mantenemos nuestra identidad”, destacó uno de los integrantes. Esta filosofía de trabajo refuerza el sentido de pertenencia y el compromiso de un equipo que, según su entrenador, superó todas las expectativas en la final: “Nadie pensó que se podía ganar con esta diferencia, pero salieron a la cancha con todo, sabiendo que era su oportunidad“.
El momento previo al partido fue clave. “Yo les dije: ‘El segundo es el primer perdedor. No queremos que nos corten las redes ni que nos den la vuelta en casa’. Y salieron a darlo todo”, relató el entrenador.
El ascenso no solo significa un logro deportivo, sino también un orgullo para Bahía Blanca, una ciudad sin representación en el básquet FIBA en los últimos años. Para DUBA, este triunfo va más allá de lo competitivo: es una plataforma para fomentar el deporte inclusivo.
“La prioridad de DUBA no es ganar, sino que cada vez más personas, especialmente con discapacidad, hagan deporte. Queremos ver nuestras formativas llenas de chicos y chicas, porque el deporte transforma vidas”, enfatizaron desde la dirigencia.
Con el ascenso logrado, el desafío ahora es mantenerse en la Liga Nacional. “Queremos ser competitivos, mantenernos en mitad de tabla y darles dolor de cabeza a los equipos grandes“, aseguraron. Sin embargo, el enfoque seguirá siendo claro: consolidar las bases, mantener el espíritu de comunidad y continuar promoviendo el básquet como un motor de inclusión y crecimiento.
Esta entrada ha sido publicada el 17 de diciembre, 2024 15:02
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