Williams no le quería cargar una mochila pesada a Franco Colapinto, pero él mismo la agarró con sus dos manos y se la calzó. Con hacer una clasificación prolija, llevar el auto sano y salvo a boxes y darles un apretón de manos a los mecánicos, su jornada habría sido vista como positiva por el equipo. Pero él, con ocho carreras por delante y un futuro incierto, sabe que tiene que dar lo mejor de sí.
Ahora bien, ¿quién esperaba que lo mejor fuera tanto? El piloto de 21 años agarró un auto que estaba entre los peores, pero con una potencia de motor que siempre viene bien en circuitos como el de Bakú -tiene dos rectas larguísimas-, y en su segundo Gran Premio se metió entre los 10 mejores de la clasificación (largará 9°). No hay calificativos para lo de Franco, y ya se perdió cualquier referencia acerca de lo que puede llegar a lograr.
Por su producción en la última práctica, que puede ser vista como premonitoria (también metió un 9° puesto), se esperaba que el pilarense hiciera una buena qualy y hasta se podía soñar con un ingreso a la Q3 -la última sesión clasificatoria-. Pero era eso, una ilusión. ¿Cómo Colapinto, tan novato, iba lograr lo que Logan Sargeant no pudo a lo largo del 2024? Deslizándose en la pista, el portador del casco albiceleste mostró cómo se hace…
Después de una Q1 exitosa, un escollo que parecía sencillo de eludir pero con el que se trabó en su debut en Monza, el piloto de Williams rompió todos los esquemas al marcar un 1m42s473 que lo ubicó 6° y lo catapultó a la Q3. Hasta Alexander Albon, su experimentado compañero, tuvo que sufrir hasta el final -pasó en el 10° lugar- y él lo hizo holgado.
En la última sesión, que en el peor de los casos lo habría visto terminar 10° (si alguien lo decía hace algunas semanas, se firmaba con los ojos cerrados), Colapinto metió un 9° puesto con el que derrotó a su coequiper y que le permitió cortar una racha histórica para el automovilismo argentino: la última vez que un piloto nacional se ubicó entre los 10 mejores fue en 1982, cuando lo consiguió Carlos Reutemann en Brasil.
“Habría sido un fin de semana perfecto si no hubiera roto el auto el viernes, pero está siendo muy positivo. No sé si esperaba llegar a la Q3, quería ir paso a paso, pero fuimos haciendo buenos saltitos con cada vuelta y terminamos ahí. Hice una muy buena vuelta de Q2, en la Q3 hicimos un cambio en el set up para ver si podíamos dar un pasito hacia adelante pero las gomas de atrás no aguantaron. No salió, si no hubiera terminado un poquito más adelante, pero está muy bien por ser mi segunda clasificación. Es algo impensado”, dijo un Colapinto que a pesar de haber hecho historia focalizó en lo que podría haber mejorado.
Al bajarse del auto, un Charles Leclerc (Ferrari) que consiguió su cuarta pole consecutiva en Azerbaiyán le dio un abrazo al argentino y soltó una sonrisa de sorpresa -hasta los más experimentados saben lo difícil que es lo que logró-. Al rato, Fernando Alonso (Aston Martin) sostuvo que los Williams van a poder pelear por los puntos. Y este domingo, desde las 8 (transmitirán Fox Sports y Disney+ Premium), Colapinto irá por un nuevo objetivo que lucía inalcanzable y, por los saltos que viene dando, se transformó en una posibilidad concreta. (Olé)