El exarquero habló con Toda Pasión a 25 años de su histórico gol de cabeza a Racing. Cómo cría a su hija, Isabella, y la fuerza que lo ayudó a volver luego de la tragedia que golpeó su vida.
“Llamame después de las 17.30 que ahora estoy entrando a hisoparme. Tenemos que viajar a jugar a Chaco y tengo turno ahora”. Carlos Gustavo Chiquito Bossio rehizo su vida. Se levantó de la tragedia, transformó el dolor en fuerza y hoy disfruta de su presente como entrenador de arqueros de Racing Córdoba, de la crianza de su pequeña hija Isabella y de su nuevo amor.
Carlos sabe lo que es tocar fondo. Hace dos años y tres meses su mujer (Pochi, como todavía la menciona) tuvo un accidente cerebro vascular (ACV) durante el embarazo y murió días después de dar a luz mediante una cesárea, operación tras la que llegó Isabella. La vida se le desmoronó de repente al exarquero de Belgrano, Estudiantes de La Plata, Lanús y la Selección Argentina. Pero en ese momento en el que parecía que la tristeza apagaría su vida, pudo reconvertir la historia. Fue el partido más difícil de todos.
Toda Pasión habló con el cordobés de 47 años para recordar lo ocurrido aquel 12 de mayo de 1996 cuando protagonizó un momento histórico en su carrera y en el fútbol argentino, del que hoy se cumplen 25 años: el gol que le convirtió de cabeza a Racing jugando para Estudiantes en una noche fría en el Cilindro de Avellaneda. Un gol inolvidable que cambió el rumbo de su profesión, aunque ahora ya no significa tanto. Aquella emoción fuerte como futbolista perdió relevancia frente al resto de la vida. La vida, bah…
Se cumple 25 años del gol a Racing que cambió tu carrera. ¿Qué significa para vos hoy, tanto tiempo después?
– Sinceramente para responder esa pregunta tengo que decir que yo no le doy tanta importancia a lo que pasó. Lo recuerdo y para esta fecha me llaman y doy varias entrevistas, y lo revivo, y vuelvo a verlo, pero no soy un apasionado de lo que hice en el pasado. Vivo el presente y ya no significa tanto. Cuando llega la fecha me gusta recordarlo, pero no es algo que me cambia el estado de ánimo, no es algo que recuerdo todo el año.
Un 12 de mayo, pero de 1996, Chiquito quedaría en la historia grande de Estudiantes y el fútbol argentino: de cabeza anotó el empate ante Racing en el último minuto. Fue el primer arquero que convirtió un tanto de jugada. Nadie aún lo pudo equiparar.
Se dijo mucho sobre que había estado ensayado ese cabezazo. ¿fue así o sirvió para construir el mito?
– No estaba practicado, pero el Profe Córdoba quiso decir que no fue de casualidad el gol. Lo que sí lo fue es el centro bien tirado de César Couceiro. Yo sabía cabecear porque en algunos entrenamientos practicaba cabezazos, pero esta jugada no se entrena, no lo habíamos practicado en la semana. Lo fui a buscar convencido de que podía hacer el gol, estaba ahí y salió un golazo para empatar el partido sobre la hora. El festejo en andas con la gente de Estudiantes que llenó la cancha de Racing es un gran recuerdo.
Ahora volviste al fútbol después de muchos años sin estar vinculado a la actividad, ¿lo necesitabas?
Sí, estoy trabajando como entrenador de arqueros en Racing de Córdoba. Después de la muerte de mi mujer, hace un poco más de dos años, decidí no trabajar y tomarme un tiempo para estar con mi hija y tratar de salir adelante después de un golpe tan duro de la vida. Pero me surgió esta oportunidad hace cuatro o cinco meses través de un amigo, y acá estoy, me gusta y estoy contento. Ascendimos al Federal A y ahora arrancamos bien el campeonato. No sé si es lo que quiero para el resto de mi vida pero hoy me hace feliz y es importante.
Contame cómo estas con la crianza de Isabella en medio de la pandemia.
– Bien, estoy bien y lo importante es que ella está creciendo, está hermosa, es feliz, está bien de salud. Como todos los padres complicados por la pandemia, pero a la vez me sirvió para pasar mucho tiempo con ella. Trato de no perderme nada y disfrutarla mucho. Por supuesto que tengo el apoyo de mi familia y de mi novia Daniela, que es muy importante para el día a día. La pandemia hizo las cosas más difíciles pero yo a mi manera la aproveché también.
¿Le hablas de su mamá?
– Todavía no porque no entiende mucho. Tiene dos años recién cumplidos y la pediatra me dijo que hay que ir de a poco porque es chica y recién a los cuatro años puede empezar a entender un poco mejor lo que pasó. Por supuesto que le muestro fotos y reconoce a su mamá. Pochi siempre está y estará con nosotros y nos acompaña en cada paso que damos.
¿Superaste lo que pasó? ¿Se puede decir que rehiciste tu vida?
– No sé, puede ser, pero el tiempo es el que te acomoda. Fue muy difícil porque mi mujer tuvo un ACV durante el séptimo mes de embarazo estando en casa, por eso los médicos hicieron una cesárea y ella murió una semana después del nacimiento de Isabella. Había quedado prendida de una máquina, nada más. Fue muy duro. Pero mi hija me necesitaba entero y ella también me sacó a flote. El amor de ella me hizo entender que tenía que estar fuerte y vivir para ella y en memoria de su mamá. Pero no sé si fue que rehice mi vida, yo creo que la vida sigue y no podemos parar el mundo por el dolor.
¿Hoy sos feliz?
-Sí, soy feliz. Por supuesto que el dolor nunca se va. El dolor sigue estando, pero desde otro lugar. Mi hija me hace feliz. Además, estoy en pareja con Daniela desde hace dos meses y estamos bien juntos. Nani, le dice Isa. También estoy trabajando en el fútbol otra vez, así que estoy bien. Pasaron más de dos años y estoy fuerte.
El final de la entrevista es el momento en en que Bossio utiliza para dejar en claro que siempre, pero siempre, hay motivos para levantarse, seguir adelante y volver a ser feliz: “Te mando un abrazo, gracias por acordarte y por el llamado, y ojalá que cuando pase la pandemia podamos vernos. La vida sigue girando y no la podemos parar”.
Fuente: TN
Esta entrada ha sido publicada el 12 de mayo, 2021 08:43
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