Llegan los días en los que el calor aprieta, pero nosotros queremos seguir entrenando para no perder la forma. Eso sí, es necesario que en estos días de verano seamos capaces de adaptar nuestro entrenamiento para evitar las posibles consecuencias de entrenar con demasiado calor. Estos son los cambios que tienes que hacer en tu entrenamiento para que entrenar con calor sea un placer y no una tortura.
No consiste en entrenar dos veces, sino en repartir tu entrenamiento en dos sesiones diarias, pudiendo así mantener una buena intensidad en todo momento. El calor puede hacer que nos fatiguemos antes, sobre todo si entrenamos en un ambiente con mucha humedad: hacer entrenamientos más cortos es muy positivo para rendir al máximo durante todo el entrenamiento.
Quizás esta medida sea impopular para aquellos que amáis salir a correr al aire libre. Pero cuando las condiciones son adversas, cuando el calor aprieta y el único rato que tienes para hacer deporte es, por ejemplo, la hora de la comida, más vale no arriesgar. Correr en la cinta del gimnasio durante los meses de verano puede ser una buena opción si quieres seguir entrenando.