Fue de casualidad. Gracias a Lionel Messi. Así llegó la Selección argentina al Mundial de Rusia 2018. Porque tenemos al mejor del mundo, aunque haya habido tres entrenadores en el turbulento proceso. Pero en la Copa eso solo no alcanza. Ni siquiera contra la débil y debutante absoluta Islandia, que en el arranque del Grupo D le empató 1-1 al equipo dirigido por Jorge Sampaoli.
Preguntas hay muchas; para las respuestas habrá que esperar. Hay que levantarle rápidamente el ánimo a todo el equipo (que viene bajo hace tiempo), y sobre todo al capitán y líder, que erró un penal. Porque todavía quedan dos partidos y no hay nada definido. Pero tanto el DT como los jugadores tienen que lavarle la cara a una floja imagen que dejaron en esta pálida actuación, que es una continuidad de los últimos años de este conjunto.
El primer tiempo fue como se esperaba. Aunque no en el resultado. Islandia esperando, bien parada en el fondo, con dos líneas de cuatro casi inamovibles y con Lionel Messi y compañía haciéndose dueños de la pelota y del desarrollo del juego.
Pero la primera jugada de peligro fue de los Vikingos, cuando antes de los diez Birkir Bjarnason se lo perdió solo, rematando afuera, luego de una mala salida desde el fondo argentino.
Messi tuvo la primera gran chance celeste y blanca a los 16 con un típico disparo suyo desde afuera del área (yendo de derecha a izquierda), pero el arquero Hannes Halldorsson tapó con firmeza.
La Selección se sacó una espina a los 19, cuando el Kun Agüero recibió de espaldas en el área, giró muy bien y sacó un zurdazo fulminante, abriendo el marcador y metiendo su primer gol en Mundiales. Pero después de eso fue todo barranca abajo.
Tres minutos más tarde todo volvió al inicio: una floja salida de Wilfredo Caballero en un centro generó una serie de rebotes, y tras taparle un disparo a Bjarnasson la pelota le quedó servida a Alfred Finnbogason, quien puso la igualdad.
En el complemento, a los ocho minutos se dio un cambio que llamó la atención: salió Lucas Biglia (de flojo rendimiento) y entró Éver Bnega, quien no estuvo en los últimos entrenamientos por una molestia.
La paciencia de los hinchas en Rusia duró 55 minutos. El equipo no encontraba la vuelta y no tenía ideas, y la gente empezó a cantar “movete, Argentina, movete”.
Y lo impensado ocurrió a los 18 minutos, cuando Messi erró un penal que le cometieron al Kun. Lo pateó débil, a media altura, ideal para que Halldorsson volara a su derecha y la rechazara.
Y a los 32 hubo otra jugada polémica que el árbitro no quiso ver, ni tampoco el VAR: Cristian Pavón -recién ingresado por Ángel di María- fue derribado en el área, pero no cobraron penal.
Con poco tiempo en el reloj, Sampaoli mandó a la cancha a Gonzalo Higuaínpara poner otro referente en el área, pero el gol casi se le da a Pavón desde afuera, aunque su tiro fue desviado por el arquero islandés.
Ahora hay que trabajar. Trabajar y trabajar. Levantar el ánimo para el jueves 21, cuando Argentina enfrente a Croacia con la obligación de ganarle para seguir con vida en el Mundial. Que aunque recién empieza ya le pegó el primer cachetazo a la ilusión celeste y blanca.
