En los dos primeros meses afectados por la pandemia y la cuarentena, los salarios de los trabajadores registrados se redujeron un 3,6% con relación a la inflación. Y se estima que esta caída de los salarios reales continuará en los próximos meses con una pérdida en el año del 10%.
Según el RIPTE (Remuneración Imponible para Trabajadores Estables) que elabora la Secretaria de Seguridad Social, en base a las declaraciones de las empresas, en marzo los salarios de los trabajadores en relación de dependencia subieron un 0,9% frente a una inflación del 3,3%. Y en abril, los sueldos aumentaron un 0,1% y la inflación fue del 1,5%.
Además, hubo un achique del número de trabajadores registrados: los datos del Ministerio de Trabajo indican que en marzo –con 10 días de vigencia de la cuarentena- se perdieron 45.100 empleos de trabajadores en relación de dependencia. Y en abril de acuerdo a la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) de Trabajo “el nivel de empleo privado registrado en empresas de más de 10 trabajadores del total de los aglomerados relevados, cayó un 0,6% en relación al mes anterior. Esta es la mayor caída mensual de los meses de abril, a excepción del mes de abril del año 2002, cuando el descenso fue de 0,8%”.
En abril el salario promedio bruto fue de $ 56.955,63. Con los descuentos de jubilación y salud, queda un neto o ingreso de bolsillo de $ 47.273,17.
Para Lorenzo Sigaut Graviña, de la consultora Ecolatina, la pandemia cambió el escenario laboral. “La cuarentena postergó las negociaciones paritarias lo cual acotó la suba de salarios en el segundo trimestre. Más aún, varios gremios de peso acordaron suspensiones (cobrando un 75%-80% del salario) a cambio de estabilidad laboral para aquellos trabajadores en actividades no esenciales y que no podían realizar sus tareas en forma virtual/remota. Por ende, durante el segundo trimestre hay una baja de salario de bolsillo para los trabajadores privados formales suspendidos”.
Fuente: Clarín