Su propósito básico, como auxiliar de la justicia, es la prevención del delito pero a través de la inclusión social, a fin de que quienes tienen/tuvieron cuentas pendientes con la ley penal puedan superar la vulnerabilidad socioeconómica y evitar la discriminación.
El Patronato de Liberados no tiene la responsabilidad absoluta sobre la reincidencia delictiva de las personas.
En la delegación Bahía Blanca, en particular, desde 2016 a la fecha creció claramente el número de tutelados (personas a las que deben acompañar) aunque se recortó el equipo de operadores.
Antes eran 35 y ahora son 28, 18 son asistentes sociales, mientras que el resto son abogados, psicólogos, un técnico y dos administrativos. Jubilaciones, traslados y fallecimientos, sin recambios. Tampoco alcanzan los insumos ni los recursos técnicos: tienen un solo auto para recorrer la ciudad y Coronel Rosales o distritos más lejanos, como Carmen de Patagones. Deben pedir turno cada vez que viajan.
Para Viviana Marfil, de ATE “así no puede trabajar el Patronato de Liberados; cada trabajador tiene 50 casos a cargo y no está en condiciones de hacer la función que corresponde”.
Las falencias en el funcionamiento del Patronato de Liberados se dan en un marco de crecimiento exponencial de la sobrepoblación carcelaria.
Esta entrada ha sido publicada el 1 de mayo, 2020 12:12
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