En medio de un panorama devastador para los comercios de Bahía Blanca tras la catástrofe climática que golpeó a la ciudad, un grupo de comerciantes autoconvocados logró lo impensado: acceder a créditos bancarios en tiempo récord, sin intermediaciones ni el respaldo de cámaras empresarias. Lo hicieron por su cuenta, a fuerza de visibilización y gestión directa.
Guillermo Herlein, uno de los comerciantes referentes del grupo, relata cómo comenzó el camino que los llevó a obtener respuestas concretas. “Gracias a que expusimos públicamente el problema, a través de una nota en Canal A24 que se viralizó, logramos dos reuniones clave con autoridades bancarias locales” explicó.
La diferencia en las respuestas entre ambas entidades fue notoria. “El Banco Nación nos ofreció un sistema mucho más ágil, sin tanta burocracia, algo fundamental para el comercio local, que estaba en terapia intensiva, económicamente y emocionalmente golpeado”, sostuvo Herlein.
En apenas un fin de semana, los autoconvocados presentaron un listado con datos básicos, de 118 comercios que no habían logrado acceder a ningún tipo de ayuda. Para el martes siguiente, ya se había realizado la reunión y, sorprendentemente, 90 de esos comercios fueron aprobados para recibir créditos.
“Estamos hablando de una ayuda concreta que se está otorgando esta misma semana”, remarcó.Las condiciones del crédito fueron claras y adecuadas al contexto: 36 cuotas, con seis de gracia, y una tasa del 26%, muy por debajo de la ofrecida por bancos privados que llegaban al 40%. “No era momento de hacer negocio, era momento de ayudar. Por eso pedimos que no se exigieran balances, títulos de propiedad o papeles imposibles de conseguir después de una inundación. El comercio necesitaba respuestas ya”, subrayó Herlein, quien lleva 16 años con su local en la misma calle.
La falta de ayuda previa, sumada a la lentitud del sistema tradicional, ya había obligado a muchos a bajar la persiana. “Nos enteramos todos los días de comercios que cierran. No eran emprendimientos nuevos. Estamos hablando de negocios con décadas de historia, que directamente dijeron ‘hasta acá llegamos’. Es un golpe anímico terrible”.
En paralelo, la reacción de la comunidad fue clave para sostener a los comerciantes durante los primeros días. “La gente fue solidaria desde el primer momento. Salimos adelante con mercadería en la vereda, remates improvisados, tratando de reactivar como se pudiera. En una sola cuadra se perdieron más de 23 autos: imaginate el nivel de daño”.
En cuanto a la ayuda estatal, Herlein explicó que se recibió un subsidio único por parte del municipio, aunque no todos los comercios accedieron.
“De los más de 500 comercios autoconvocados, muchos no se anotaron en los formularios porque era demasiada burocracia. Hoy estamos gestionando que se habilite una segunda lista para que nadie quede afuera del subsidio”.
La experiencia dejó un mensaje claro: cuando las instituciones fallan, la organización ciudadana puede marcar la diferencia. “Somos comerciantes de verdad, con trayectoria. No necesitábamos papeles, necesitábamos confianza y decisión. Y la conseguimos”.
Esta entrada ha sido publicada el 24 de abril, 2025 13:13
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