A un mes de la catástrofe que golpeó a Bahía Blanca y sus alrededores, los testimonios de los vecinos siguen revelando la magnitud del desastre. Roberto Ursino, de 75 años y vecino de toda la vida de Ingeniero White, describió lo vivido como “uno de los días más tristes” que recuerda.
“La verdad, esta inundación superó a todas. En mi casa una sola vez había entrado agua por una sudestada, pero como entró, se fue. Esta vez estuvimos tres días bajo el agua”, relató. En su vivienda, el agua alcanzó los 60 centímetros de altura, pero en otras casas del barrio fue aún peor.
Esa tarde, Ursino tomó la difícil decisión de abandonar su casa. “Ya el agua me superaba las rodillas. Agarré un bolso con dos o tres cosas, a mi perra, y me fui caminando por el medio de la calle hasta el cuartel de bomberos”, contó. Lo más impactante fue ver el destacamento local con 40 centímetros de agua en su interior: “Nunca lo había visto así”, afirmó.
Aunque reconoce que se trató de un fenómeno natural extremo, con más de 380 mm de lluvia acumulados, también hace un llamado urgente a mirar hacia adelante: “Estas cosas pueden volver a pasar. Hay obras que van a tener que reestructurarse, y eso debe hacerse con participación de gente que sepa, técnicos, universidades, la dirección de hidráulica. Gente con experiencia”.
Roberto resume el sentimiento de muchos: la angustia por lo vivido y la necesidad de respuestas concretas para poder seguir adelante. “Volver a empezar es muy difícil”, repite, como quien conoce en carne propia el esfuerzo que eso implica.
