Crisis en el sector gastronómico tras la inundación: “Se perdió el mes y la caída de facturación ronda el 70%”

La inundación del 7 de marzo dejó consecuencias profundas en la ciudad de Bahía Blanca, y un sector muy golpeado fue el gastronómico. A semanas del temporal, empresarios locales aseguran que el impacto económico es grave, con pérdidas millonarias, locales cerrados y una recuperación que se presenta lenta y cuesta arriba.

“El panorama es muy complicado. Marzo fue prácticamente un mes perdido. Solo pudimos trabajar seis días a pleno”, explicó Horacio Levantesi, empresario gastronómico. Según detalló, muchos comercios estuvieron más de diez días sin poder abrir sus puertas, lo que derivó en una caída de entre el 60 y el 70% de la facturación mensual del sector.

Pero más allá del cierre forzado por las inundaciones, el consumo tampoco se ha reactivado con fuerza. “Aunque algunos pudimos reabrir, notamos una baja muy importante en las ventas. La gente aún no volvió a la normalidad. Cuesta que se restablezca el ritmo de consumo”, advirtió Levantesi, quien también señaló que el miedo sigue latente: “Tenemos que sacarnos el temor de encima. Una alerta amarilla no implica una tragedia; es solo una señal de precaución”.

Las pérdidas no solo son económicas: también hay un impacto emocional entre los comerciantes. Algunos locales no volverán a abrir. “No me gusta decirlo, pero sí, hay colegas que no pudieron seguir. Esto nos afecta a todos profundamente”, lamentó.

Desde el sector ya se elevaron reclamos al Estado nacional para que se implementen medidas de alivio similares a las que se aplicaron durante la pandemia. Entre ellas, piden que ARCA implemente beneficios como los ATP para cubrir sueldos, alivios impositivos y postergación de cargas sociales.

“Estamos en reuniones permanentes. El municipio nos está acompañando, pero hasta ahora no hay nada concreto. Todo han sido declaraciones. Necesitamos respuestas urgentes porque nuestros gastos son fijos y muy altos: sueldos, cargas sociales, IVA. Todo eso sigue corriendo aunque no facturemos”, reclamó Levantesi.

El empresario también recordó que la actividad gastronómica viene siendo golpeada desde hace años: pandemia, temporales, inflación y ahora esta catástrofe natural. Sin embargo, se mostró optimista: “La gente siempre vuelve a los cafés, a los restaurantes. Somos una actividad recreativa que tiene un vínculo emocional con la comunidad. Pero para que eso pase, necesitamos un entorno de mínima estabilidad y acompañamiento real”.