Calle Rizzo al 800: vecinos aislados y sin respuestas tras la inundación

La calle Rizzo al 800 quedó completamente intransitable. Los vecinos denuncian que, desde entonces, tras la inundación viven aislados, sin posibilidad de salir con sus vehículos, sin acceso adecuado a servicios esenciales y sin respuestas concretas por parte de las autoridades.

“Es muy sencillo: no podemos salir. Tenemos que andar por la vereda porque todo está roto, los cordones se rompieron, la calle está destrozada”, relata una vecina. El escenario que describen es el de una comunidad que tuvo que organizarse para sobrevivir a la emergencia y que aún espera una solución. Los vecinos intentaron rellenar con sus propias manos los baches de la calle, pero el terreno está tan endurecido que los trabajos son casi imposibles.

El problema no es solo la movilidad. La acumulación de basura se volvió otro drama cotidiano. “Algunos la sacamos, pero otros vecinos ya no tienen dónde ponerla y la tiran al pozo. Los perros la rompen y se vuelve un desastre”, cuentan.

A eso se suma la falta de infraestructura: las mangueras de agua, que debían ser reparadas por el municipio, fueron arregladas por los propios habitantes del barrio. “Lo hicimos entre todos, porque perdía agua por todos lados y nadie venía”, dicen.

Según relatan, la situación fue informada a la delegación municipal correspondiente, incluso llevaron videos y realizaron llamados. Pero aseguran no haber recibido respuesta alguna. “Solo nos dieron un número de teléfono, mandamos los videos, pero hasta ahora nada”, lamentan.

Durante el último diluvio, la calle se convirtió literalmente en un río. “Tuvimos agua hasta el portón. Desde ese día no pudimos sacar más los autos, ni salir a comprar ni ir a la salita”, explicó un vecino. Una comerciante del lugar también se ve afectada: no puede sacar su camioneta para reabastecer su almacén.

Hay además un problema estructural de fondo que agrava la situación: el agua baja con fuerza desde otra zona y dobla hacia Rizzo generando un verdadero arroyo cada vez que llueve. “Eso destruye todo. Incluso con lluvias normales, ya se empieza a romper”, explicó una residente.

Mientras tanto, la calle permanece olvidada. “Arreglaron hasta una placita cercana, pero a Rizzo ni la miran”, concluyen con resignación.