Las lluvias que azotaron la ciudad no solo dejaron calles anegadas y hogares afectados, sino que también golpearon a pequeños emprendedores que dependen de su trabajo diario para subsistir. Es el caso de Karen Currulef, quien perdió su carro de cubanitos, su única fuente de ingresos, en la inundación.
“Era mi único ingreso, lo que me permitía salir adelante con mi nene”, cuenta con angustia. El carro, que tenía hace cinco años y estaba ubicado en Urquiza al 800, fue arrastrado por el agua y terminó a 200 metros de distancia, destrozado. “Lo encontré chocado con otros carros y un auto en el medio. La mitad ya no sirve, el techo tampoco. Es todo de placas, se mojó todo“.
La pérdida fue doble: además del daño estructural del carro, Karen había invertido todo su dinero en mercadería para el fin de semana. “Todo quedó bajo el agua: los cubanitos, las bolsas, todo”.
Pese al golpe, no baja los brazos y busca la manera de reconstruir su herramienta de trabajo. “Voy a tratar de limpiarlo y cuando todo se mejore, quiero volver a empezar”. Para eso, necesita materiales: “Placas, pintura, algún vidrio, ruedas… lo que sea, todo ayuda”.
Quienes quieran colaborar pueden hacerlo a través de su alias: ayuda.carrito a nombre de Karen Agustina Currulef. Mientras tanto, ella sigue firme en su objetivo: volver a ponerse de pie y seguir adelante.
