El Hospital Municipal de Bahía Blanca enfrenta días de extrema dificultad tras la fuerte inundación que afectó sus instalaciones. Graciela González Prieto, vocera del hospital, explicó que, desde el primer momento, el equipo se organizó para garantizar la atención médica a pesar de los graves daños sufridos.
Entre las principales afectaciones, se destaca la pérdida del techo de un módulo de terapia intensiva, lo que obligó a reubicar a los pacientes. Aquellos que dependían de respiradores fueron trasladados a otro módulo, mientras que los pacientes críticos sin respiración asistida fueron derivados a la sala de clínica médica. Asimismo, la terapia intensiva pediátrica tuvo que ser trasladada al área de pediatría.
Además, los servicios de gastroenterología y neumonología quedaron inoperativos debido a la caída de los techos. La infraestructura del hospital sufrió múltiples filtraciones, con agua ingresando a varias áreas del edificio. Sin embargo, gracias a un plan de catástrofes implementado desde la pandemia, el personal actuó de manera organizada, lo que permitió mantener el hospital operativo en todo momento. “Fuimos el único hospital que logró sostener la atención médica desde el minuto cero”, aseguró González Prieto.
Las labores de emergencia comenzaron incluso antes del colapso total del techo de terapia intensiva. En ese sentido, la vocera explicó que el hospital aplicó un plan de contingencia denominado “triple I” (Inmediata, Intensiva e Inteligente), diseñado para optimizar la readecuación de los servicios en situaciones críticas.
A pesar de los esfuerzos, el hospital sufrió pérdidas significativas. Entre los equipos más afectados se encuentra el tomógrafo, que dejó de funcionar, y la lavadora industrial, cuyo mantenimiento es sostenido por el equipo de ingeniería. Asimismo, la central telefónica quedó fuera de servicio, aunque este último inconveniente fue resuelto con medios alternativos de comunicación. La reposición del tomógrafo es una de las prioridades, ya que su costo oscila entre 300.000 y 400.000 dólares y opera de manera ininterrumpida los 365 días del año.
Mientras avanzan las tareas de reparación, el hospital busca restablecer completamente los servicios esenciales en los próximos días. La refacción del techo de terapia intensiva es la principal urgencia, seguida por la recuperación de los consultorios externos, cuya reapertura también está prevista a corto plazo. “De a poco nos vamos acomodando”, concluyó González Prieto, destacando el esfuerzo conjunto del personal sanitario para hacer frente a la emergencia.
