En el barrio Taxistas de Bahía Blanca, las calles se transformaron en un río furioso que arrasó con todo a su paso: autos, árboles, y hasta partes de viviendas, dejando a los vecinos con el alma rota y, por sobre todo, una sensación de abandono. Entre los afectados, uno de ellos relató entre lágrimas cómo vivió ese angustiante momento.
“Fue un desastre, parecía un mal sueño, algo que no podía creer“, expresó. “Yo estaba en mi casa y, de repente, vi cómo el agua subía rápido, alcanzó la puerta, entró a la vivienda. Traté de reaccionar lo más rápido posible, le avisé a mi esposa que sacara el coche y lo dejara en la esquina, pero fue imposible. En pocos minutos, el agua se lo llevó todo, se convirtió en un mar”, recordó.
Muchos de los vecinos vivieron una situación similar. La rapidez y la intensidad del agua sorprendieron a todos, dejando en su camino una estela de destrucción. “El viernes era un río, socavando todo a su paso, y las casas parecían estar al borde del precipicio. Algunos no pudimos ni quedarnos en casa, tuvimos que evacuar a la fuerza“, contó otro de los damnificados. “Gracias a Dios pude ir a la casa de un amigo, porque no me sentía seguro”, añadió.
La situación de los vecinos fue crítica: la pérdida de gas fue otro de los graves problemas, y la electricidad también estuvo comprometida durante horas. “Mi medidor de gas se fue con el agua, y un gasista voluntario tuvo que venir a retirar las cañerías para evitar más daños“, relató uno de los residentes. Además, los trabajos de reparación de las redes de agua y gas se vieron demorados, dejando a los habitantes completamente aislados por días.
Mientras tanto, la angustia de los vecinos crecía. “La imagen que se me quedó grabada es la del ruido del agua arrastrando todo. En medio de la desesperación, todo el día tuvimos dolor de cabeza, ruido, y basura flotando por el barrio. Fue terrible”, describió una vecina. Los daños materiales fueron cuantiosos, pero más allá de eso, la tragedia dejó a todos con el corazón pesado. “Estamos tristes, pero damos gracias a que la naturaleza no se llevó más”, expresaron.
En medio de todo esto, los habitantes del barrio siguen reclamando obras urgentes por parte del municipio. “Hace rato que pedimos que asfalten esta calle, pero nunca lo hicieron. Así, con lluvias comunes, ya se inunda, imagínate con tanta lluvia. Necesitamos que alguien se acerque y nos ayude“, pidió otro de los afectados.
La preocupación por la falta de respuesta de las autoridades municipales es palpable. “Vino la señora Bullrich, dijeron que iba a haber ayuda, pero hasta ahora solo escuchamos promesas. Necesitamos que alguien venga y vea lo que estamos viviendo“, agregaron.
Hoy, el barrio Taxistas se encuentra en ruinas, pero la esperanza de los vecinos no se pierde. A pesar de la devastación, siguen luchando por recuperar sus viviendas y, sobre todo, por obtener una respuesta rápida para evitar que una tragedia de esta magnitud vuelva a repetirse.
