Las inundaciones en Bahía Blanca afectaron gravemente a IREL, el Instituto de Rehabilitación, que sufrió la entrada de aproximadamente 1,20 metros de agua en toda la institución. Juan Racosta, director del centro, destacó el accionar de los enfermeros, calificándolo de “heroico”, ya que lograron trasladar a todos los pacientes internados al primer piso sin registrar víctimas fatales.
“Las pérdidas materiales en el instituto fueron casi totales. El agua arrastró computadoras, elementos de trabajo, camillas, camastros y ensució la cámara de oxigenoterapia, que es la única en la ciudad y fundamental no solo para nosotros, sino para toda la comunidad”, explicó Racosta.
Además, se perdieron todas las computadoras, mobiliario, alimentos para los pacientes internados, pañales y medicación. Desde el viernes, el equipo de trabajo de IREL, junto con voluntarios, ha estado trabajando intensamente en la limpieza y recuperación del centro. “No es solo limpiar, hay que pintar y reparar muchas áreas. Pero tenemos esperanza y queremos seguir adelante porque este instituto es la fuente de trabajo de mucha gente y atiende a más de 700 personas por día”, agregó.
A pesar de la magnitud de los daños, el objetivo es reabrir las puertas el lunes, aunque no en condiciones ideales. “Estamos trabajando entre 10 y 15 horas por día porque queremos que IREL vuelva a estar operativo lo antes posible. Con el tiempo, lograremos tener el instituto que la ciudad se merece”, sostuvo el director.
En el momento de la inundación, había 40 personas internadas, quienes fueron reubicadas dentro del mismo instituto. “No trasladamos a nadie porque sabíamos que los hospitales y otros centros también estaban colapsados. Hicimos un esfuerzo enorme para mantener a todos aquí”, concluyó Racosta.
