El sistema de menores en la provincia de Buenos Aires atraviesa una situación crítica. La sobrepoblación en los institutos cerrados y la falta de recursos humanos y materiales generan un panorama complejo, donde los centros de recepción, diseñados para estadías breves de evaluación y derivación, terminan funcionando como dispositivos cerrados de larga duración. Mauricio Botero, director del Centro de Recepción Bahía Blanca, advierte que la crisis es estructural y afecta a toda la provincia. "Hay más chicos en el sistema penal y pocos lugares donde alojarlos".
El sistema de menores en la provincia de Buenos Aires atraviesa una situación crítica. La sobrepoblación en los institutos cerrados y la falta de recursos humanos y materiales generan un panorama complejo, donde los centros de recepción, diseñados para estadías breves de evaluación y derivación, terminan funcionando como dispositivos cerrados de larga duración.
Mauricio Botero, director del Centro de Recepción Bahía Blanca, advierte que la crisis es estructural y afecta a toda la provincia. “Lo que falta son dispositivos. Hay más chicos en el sistema penal y pocos lugares donde alojarlos. Por eso, recibimos menores de distintas localidades como La Matanza, Bahía Blanca, Azul y Mar del Plata. Los centros de recepción deberían albergar a los jóvenes por un período de 15 a 30 días, pero muchas veces se sobrepasa ese límite porque los institutos están abarrotados y no hay cupo para trasladarlos”.
CÓDIGO PENAL Y MODALIDADES DE INTERNACIÓN
La reciente discusión sobre la baja del Código Penal para menores resalta la escasez de lugares disponibles. El Centro de Recepción Bahía Blanca, que reemplazó al Valentín Vergara, opera bajo una modalidad cerrada, lo que limita la semi-libertad que existía anteriormente.
Allí, los menores ingresan tras una decisión judicial y son evaluados para determinar su destino: institutos cerrados, medidas de semilibertad o arresto domiciliario.
“En los últimos meses, los delitos cometidos por menores han sido cada vez más graves. Antes predominaban los robos calificados, pero ahora vemos más casos de violencia de género y homicidios”, afirmó Botero.
El trabajo dentro del centro es constante. Un equipo técnico y asistentes de minoridad acompañan a los jóvenes en su proceso de evaluación, procurando que comprendan el impacto de sus delitos y encuentren herramientas para no reincidir. A pesar de ello, el contexto familiar y social suele ser un factor determinante en la reincidencia.
“El delito se combate con prevención, no con castigo. Todo comienza en la escuela primaria. Si no se trabaja desde ahí, es difícil revertir ciertas situaciones cuando los chicos ya están en el sistema penal”, sostiene el director del centro.
FALTA DE INFRAESTRUCTURA Y PERSONAL
El principal problema sigue siendo la falta de espacios adecuados. En Bahía Blanca, el centro tiene capacidad limitada y actualmente alberga seis jóvenes, incluyendo una mujer en un área separada.
“Si llega un joven más, no tenemos dónde ubicarlo. Necesitamos más personal (actualmente 10 personas) más recursos y, sobre todo, más institutos que permitan que la recepción cumpla su función original y no se convierta en un centro cerrado“, explicó Botero.
La reinserción de los jóvenes es un proceso complejo, ya que muchos provienen de contextos difíciles. Aunque un 70% muestra cambios positivos durante su estancia, aquellos que no lo hacen son derivados a otras instituciones para una nueva evaluación.
ACTUALMENTE EN EL CENTRO DE RECEPCIÓN BAHIENSE
-Hay 6 jóvenes (entre 16 y 18 años)
-El año pasado la estadística marca que fueron un gran porcentaje del Conurbano bonaerense los alojados en Bahía.
-No disponen de celular, solo teléfono fijo, con cuatro llamadas semanales. Dos visitas de familiar directo semanalmente. Además utilizan ropa que les brinda el Centro, y la estadía promedio es de 30 días.
-Se implementan programas educativos para asegurar que no pierdan el año escolar, utilizando plataformas de educación online.
Esta entrada ha sido publicada el 3 de marzo, 2025 11:50
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