La crisis de seguridad en la provincia de Buenos Aires escaló a un nuevo nivel de confrontación política luego de que el presidente Javier Milei acusara al gobernador Axel Kicillof de ser responsable de un “baño de sangre” en el distrito y le exigiera que renuncie para permitir una intervención nacional.
En una publicación en la red social X, Milei aseguró que la administración bonaerense tiene una visión de la seguridad “con raíces en el pensamiento atroz de Zaffaroni”, en referencia al exjuez de la Corte Suprema. “Nuestra visión sobre cómo afrontar el problema es tan distinta y usted claramente no puede resolverlo (…) si le interesa el bienestar de los bonaerenses, córrese del camino y déjenos intervenir la Provincia”, sentenció el mandatario nacional.
Las declaraciones de Milei desataron una inmediata respuesta de dirigentes políticos vinculados al oficialismo provincial y la oposición peronista. El intendente de Bahía Blanca y dirigente de Unión por la Patria, Federico Susbielles, consideró que “la seguridad de los bonaerenses es un tema demasiado importante como para no abordarlo seriamente” y pidió al Gobierno Nacional que “devuelva a la provincia los recursos que le corresponden y se siente a la mesa a trabajar en conjunto”.
En la misma línea, el legislador Alejandro Dichiara lanzó duras críticas contra el presidente: “Milei, se te terminó la credibilidad. La gente ya ve que sos un inepto, un bufón de EE.UU. y encima chorro”. Además, acusó al gobierno de ajustar a los jubilados y desfinanciar a las provincias. “La seguridad no se resuelve en redes sociales, se resuelve con gestión y trabajo serio”, concluyó.
El cruce entre Nación y Provincia por la seguridad se da en un contexto de creciente preocupación por el aumento de hechos delictivos en Buenos Aires, mientras el gobierno de Kicillof insiste en la necesidad de más recursos y el Ejecutivo nacional mantiene una postura de endurecimiento en materia de seguridad.
El conflicto, que mezcla disputas políticas con la urgencia de respuestas en materia de seguridad, promete seguir escalando en los próximos días mientras la tensión entre Milei y Kicillof alcanza un nuevo pico de enfrentamiento institucional.
