El 22 de febrero, la Argentina conmemoró un nuevo aniversario de su presencia ininterrumpida en la Antártida. En 1904, se izaba por primera vez la bandera nacional en la actual Base Orcadas del Sur, el establecimiento más antiguo del continente, marcando el inicio de un compromiso que perdura hasta nuestros días.
La presencia argentina en la región no es simbólica, sino una manifestación concreta de soberanía a través de la ciencia, la logística y la cooperación internacional. Argentina administra la mayor cantidad de bases en la Antártida, con instalaciones operativas que demandan una planificación constante y la aplicación de políticas innovadoras en materia científica, logística y ambiental.
Pero más allá de la geopolítica y la exploración científica, la Antártida argentina también es un legado que se transmite de generación en generación. Así lo recuerda un descendiente de pioneros antárticos, quien compartió el impacto que tuvo en su vida la historia de su abuelo, un joven de apenas 18 años que formó parte de una expedición extranjera en el continente blanco.
“De chico no le daba tanta importancia, pero con el tiempo empecé a valorar todo lo que había hecho“, relataron en la plaza cercana al Shopping. “A medida que hablábamos, fui entendiendo su amor por la Patagonia y la Antártida, y cómo transmitía ese sentimiento a la familia. No sé cómo los convenció, pero logró que sus hijas se fueran a vivir y luchar por la Patagonia. Era algo que llevaban en la sangre“.
No es solo una cuestión de soberanía o investigación científica, sino un legado que se transmite con orgullo, un desafío que exige esfuerzo y dedicación, y una misión que continúa en cada expedición que parte rumbo al continente blanco.
Esta entrada ha sido publicada el 24 de febrero, 2025 12:15
Deja un Comentario