El sector automotor atraviesa un momento de expectativa tras la reciente reducción de impuestos dispuesta por el Gobierno. Si bien las nuevas medidas implican una baja en los valores de ciertos vehículos, aún persisten dudas sobre cómo se reflejarán en los precios finales y en la dinámica del mercado.
Según explicó Gustavo Gallego, la normativa contempla reducciones para vehículos valuados entre 41 y 75 millones de pesos, con una baja del 20 al 35%, y para aquellos que superan los 75 millones, con una reducción de entre el 18 y el 35%. También incluye descuentos del 20% para motocicletas de más de 16 millones. Sin embargo, no abarca a los autos de entrada de gama ni a los utilitarios, por lo que el impacto en el consumidor masivo aún es incierto.
“Las terminales y las marcas van a jugar su propio partido para definir qué parte del impuesto absorben y qué porcentaje trasladan a los precios. Esto puede generar un solapamiento en ciertos modelos y una reconfiguración del mercado”, señaló Gallego.
En este contexto, la baja en los valores podría beneficiar, con el tiempo, a los modelos de menor gama, aunque el efecto no será inmediato. “Si el mercado se acomoda y la financiación sigue disponible, esto empujará los precios hacia abajo de manera progresiva“, agregó.
El inicio del 2025 ha sido prometedor en términos de ventas, con un crecimiento en los patentamientos. “Enero arrancó con una proyección de 60.000 unidades y se espera que supere las 66.000, un número superior al del 2024″, destacó Gallego.
A pesar del panorama positivo, la incertidumbre electoral podría influir en la industria. “Habrá que ver si las provincias buscan diferenciarse con medidas particulares y cómo esto impacta en el mercado. Lo cierto es que, con las políticas adecuadas, se podría facilitar el acceso a vehículos nuevos y usados, dinamizando aún más el sector“, concluyó.
