Hasta siempre, Gustavo: el adiós a una voz inconfundible

En el cierre de Sietemundo este viernes, en la conducción de Anabella Tarabelli y Daniel Horacio Ciampichini, se despidieron con profundo dolor a Gustavo Daich, entrañable compañero y amigo que dejó una huella imborrable en la televisión y también en el ambiente de la radio.

Gustavo, quien trabajó en el canal durante más de 30 años, falleció en un trágico accidente automovilístico ocurrido ayer por la tarde en cercanías de Pehuen Co. Con 65 años, su pasión por la radio y los medios marcó una carrera que comenzó por los años ’80. Desde entonces, construyó un camino lleno de éxitos y cariño hacia su audiencia y colegas.

Su distintiva voz, que acompañaba las mañanas de los sábados con programas cargados de energía, se convirtió en un símbolo para quienes lo seguían fielmente. En redes sociales, cientos de mensajes recordaron esa voz que ya no se escuchará más, pero que permanecerá en la memoria colectiva.

Además de su labor frente al micrófono y las cámaras, Gustavo era un hombre polifacético, apasionado por lo que hacía. Tanto en la televisión, la radio o vendiendo publicidad, su ímpetu y compromiso siempre lo destacaron. Sus colegas rememoraron con cariño las “payasadas” que lo caracterizaban y las tardes llenas de risas que compartieron juntos en Canal Siete.

Nacido en Médanos, con estudios primarios en Río Colorado y secundarios en Bahía Blanca, Gustavo formó una hermosa familia junto a Sonia, su compañera de vida, y sus hijos Bárbara, Julián, Martín y Francisco. Julián, al igual que su padre, ha incursionado en el mundo de los medios, continuando con su legado.

Además de su calidez humana, Gustavo también se destacó por su activismo en la defensa de los derechos de los trabajadores. Estuvo estrechamente vinculado al Sindicato Argentino de Televisión, luchando por las condiciones laborales de sus colegas.

Con imágenes de su sonrisa y anécdotas que provocaron risas y lágrimas, Sietemundo rindió homenaje a un hombre cuya vida estuvo marcada por la intensidad y la pasión. “Hasta siempre, Gustavo”, concluyeron los conductores, enviando un cálido abrazo a su familia y amigos. Su legado quedará para siempre en quienes lo conocieron y en quienes disfrutaron de su talento y carisma.