La salud visual en los niños es un pilar fundamental para su desarrollo integral, afirma la Dra. Victoria Pérez Lapponi, oftalmóloga infantil, quien recomienda un control oftalmológico desde el nacimiento y en etapas clave del crecimiento: a los 6 meses, al año, a los 3 años, a los 5 años y luego cada dos años. Estos chequeos regulares permiten detectar y tratar de manera temprana afecciones que podrían impactar el aprendizaje, la socialización y el bienestar general del niño.
“En el recién nacido, el primer control nos ayuda a confirmar que el ojo se haya formado correctamente y a descartar patologías que pueden estar relacionadas con otros órganos, como la toxoplasmosis congénita“, explicó. Entre los 6 meses y el año, los controles incluyen pruebas para evaluar la conducta visual del bebé y descartar enfermedades graves como el retinoblastoma, el tumor intraocular más frecuente en la infancia, que solo puede detectarse mediante un fondo de ojo.
La oftalmóloga resaltó la importancia de los primeros siete años de vida, considerados el período crítico del desarrollo visual. “Durante esta etapa podemos identificar problemas como la ambliopía, conocida como ‘ojo vago’, y tratarlos para prevenir daños permanentes”, detalló.
A pesar de las recomendaciones, la especialista señaló que muchos padres solo acuden al oftalmólogo cuando notan problemas evidentes, como dificultades en la visión, irritación ocular o aprendizaje en el colegio. “Los chicos no siempre saben si ven bien o mal, porque no tienen punto de comparación. Por eso, los controles regulares son esenciales”, enfatizó.
En el caso de los bebés, el examen oftalmológico incluye la dilatación de las pupilas con gotas para observar la retina, encargada de enviar imágenes al cerebro. “Evaluamos la conducta visual observando si el bebé fija y sigue objetos, lo cual indica que su visión es adecuada para su edad”, añadió.
Con respecto a los niños mayores, Pérez Lapponi advirtió sobre los efectos de las pantallas digitales. “El uso excesivo de celulares y tablets puede causar fatiga ocular. Es importante limitar su uso y asegurarse de que visiten al oftalmólogo una vez al año”, recomendó.
Finalmente, la doctora instó a los padres a estar atentos a señales como dificultad para seguir objetos, enrojecimiento ocular, frotamiento frecuente de los ojos o problemas en el aprendizaje. Estas son razones para una consulta inmediata, aunque la prevención sigue siendo la mejor estrategia.
“Los controles oftalmológicos regulares no solo preservan la salud visual, sino que contribuyen al desarrollo pleno de los niños en todos los aspectos de su vida”, concluyó.
